PARIS, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
La protesta de los estudiantes franceses contra la ley de autonomía universitaria sigue subiendo de tono y hoy las fuerzas de seguridad han desalojado a unos 200 huelguistas que bloqueaban la entrada en varias facultades de la Universidad de Nanterre, en las afueras de París.
El enfrentamiento entre policías y huelguistas ha caldeado el ambiente y los primeros hicieron uso de barras de hierro y palos para disuadir a los jóvenes, que defendían la legitimidad de estos actos al haber sido acordados ayer durante una asamblea general estudiantil para decidir qué continuidad dar a las movilizaciones. Unas 500 personas presenciaron el encontronazo.
Los eslóganes 'bloqueadores fuera de las facultades', 'libertad para estudiar' frente a los de 'Policía en todos lados, justicia en ninguno' o 'Policía fuera de las facultades', volaron por los aires, al igual que algunas porras policiales.
La ministra de Educación Superior, responsable del texto legislativo aprobado el pasado mes de agosto que ahora ha sacado a los universitarioas a la calle, Valérie Pécresse, condenó "la violencia y el deterioro" en las Universidades y los bloqueos.
"Varios días de bloqueo a pocas semanas de los exámenes supone poner en peligro todo el curso de un estudiante", dijo la ministra, que reclamó a los sindicatos estudiantiles decir "no a la violencia" y no avalar los bloqueos en las entradas de las facultades. "El único método es el diálogo. Es mi método y lo mantendré", agregó Pécresse.
Lo que en un principio no parecía más que un movimiento encendido por las organizaciones estudiantiles próximas a la extrema izquierda se ha ido extendiendo y ayer la principal organización sindical, Unef, apeló a "ampliar" la contestación y unirse a las movilizaciones sindicales "para expresar su apoyo al sistema de jubilación distributivo y llevar a cabo sus propias reivindicaciones".
Según el recuento de votos, las asambleas generales reuniron ayer unas 17.000 personas, frente a las cerca de 10.000 del pasado jueves día 8 de noviembre, lo que se explica en parte porque los estudiantes contrarios a seguir adelante con los bloqueos también han empezado a organizarse.
Por el contrario, Unef no ha hecho ningún llamamiento para impedir hoy el acceso a las estaciones de tren, justo el día que se inicia la huelga en la red ferroviaria francesa en protesta por la reforma de los llamados regímenes especiales de jubilación, que pone en pie de guerra a los sindicatos cada vez que un Gobierno anuncia su intención de modificarlos.
Para intentar mantener vivo el movimiento universitario, hasta siete organizaciones intersindicales han anunciado su intención de manifestarse frente a la Asamblea nacional el próximo viernes día 16 de noviembre, cuando los diputados examinan el presupuesto 2008 destinado a la educación superior.
FISURAS
Pero en el movimiento estudiantil han comenzado también a aparecer algunas fisuras y el movimiento de jóvenes del Nuevo Centro ha denunciado tanto el fondo como la forma de la protesta frente a la 'ley Pécresse'.
Su presidente, Damien Abad, aseguraba que, a diferencia de las reivindicaciones juveniles que paralizaron el proyecto del entonces primer ministro Dominique de Villepin, el precario contrato de primer empleo (CPE), esta ola de protestas "no tiene credibilidad".
"Nos damos cuenta de que este giro de los sindicatos estudiantiles está curiosamente sincronizado con el llamamiento de los sindicatos ferroviarios a paralizar el transporte público", explican los centristas, que también denuncian las condiciones "antidemocráticas" en las que se han celebrado las Asambleas generales.
Los principales impulsores del movimiento de protesta lanzado por el Colectivo Estudiante contra la autonomía de las Universidades (CECAU) piden la retirada de la ley Pécresse, al considerar que el Estado se desentenderá de la educación superior.
El texto legislativo contestado prevé para los centros universitarios una mayor autonomía en la gestión del presupuesto y los recursos humanos y vínculos más estrechos con empresas y fundaciones privadas.
Los estudiantes temen que la ley abra la puerta a una Universidad "a dos velocidades", que sean las empresas privadas quienes las financien, que algunos centros se conviertan en graneros de empleo y el dinero acabe yendo a Universidades "escaparate". De momento son 15 las Universidades que se han movilizado, de las 85 que existen en Francia.