Crónica Ghana.- El desbordamiento del Nakambe ha afectado a más de un cuarto de millón de personas en Ghana

Actualizado: sábado, 15 septiembre 2007 19:43

Cruz Roja denuncia la escasa atención que ha recibido el desastre relacionado con un desagüe en la presa de Bagre, en Burkina Faso

MADRID, 15 Sep. (EUROPA PRESS) -

El desbordamiento de un afluente del Volta Blanco, conocido como el Nakambe, y que ha inundado prácticamente toda la región de Builsa, en el este de Ghana, ha provocado 22 muertos y que 275.000 personas se queden sin hogar, tierras y desplazadas, en un desastre que ha recibido, de forma "increíble", la nula atención de la comunidad internacional, según declararon responsables de Cruz Roja del país africano a la agencia de información de Naciones Unidas, IRIN.

El desbordamiento estaría relacionado con el desalojo de millones y millones de litros de agua procedente de la presa de Bagre, en Burkina Faso, según apunta la agencia de información.

Cifras estimadas por el Organización Nacional para el Control de Desastres (NADMO) apuntan en más de un cuarto de millón los afectados, algunos de los cuales han decidido vivir en lo que queda de sus casas. Sin embargo, la mayoría ha preferido abandonar la región.

"La magnitud de la tragedia es enorme, pero aun así nadie habla de ello en la escena internacional. Es increíble", reconoció la directora de operaciones de Cruz Roja para Ghana, Benonita Bismarck, a IRIN.

El presidente del país, John Kufuor, ha declarado el estado de emergencia en las tres regiones del norte afectadas por el desastre. Según cifras divulgadas por el Ministerio de Interior, al menos 20 personas han muerto durante las inundaciones, que además han destruido numerosos puentes que conectan el país con sus vecinos y que han arrasado cerca de 20.000 hogares.

El daño es palpable en las zonas del norte, noreste y noroeste, que componen el 40 por ciento de la superficie total del país. Miles de hectáreas han sido completamente arrasadas, y algunos pueblos afectados sólo son accesibles tras un viaje de diez kilómetros por canoa.

Todos los ocho distritos que componen la región nororiental han sido afectados en la que es la zona "con mayor pobreza endémica de todo el país", según el coordinador nacional de NADMO, George Isaac Amoo. Cifras más precisas, aportadas por la organización, fluctúan pero se estima que, hasta el pasado día 13 de septiembre, 227.812 personas en el norte; 37.429 residentes en el noreste, 7.811 pertenecientes a la región occidental y 473 habitantes del noroeste se habían visto afectados por el desbordamiento.

Además, al menos 22 personas han muerto en el noreste del país, y se estima que 90.000 personas permanecen aisladas en Builsa. Otras organizaciones humanitarias se han encargado de proporcionar datos adicionales. Por ejemplo, el Servicio Católico de Atención (CRS) ha determinado que más de 11.000 hogares se encuentran destruidos, en su mayor parte, en el noreste. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) considera que entre 8.000 y 10.000 personas se encuentran desplazadas en seis de los ocho distritos que componen la región.

CAUSAS

Para uno de los residentes, Daniel Ayugane y director de CRS en Ghana, "nunca se ha visto semejante situación en el país": 113 centímetros cúbicos de lluvia en un sólo día, 120 al día siguiente, en lo que son "las lluvias más intensas en los últimos diez años", según la representante de UNICEF en Ghana, Yasmin Alí Hague.

Esta situación se ha visto "agravada", según la agencia, por la apertura de la presa del Bagre en la vecina Burkina Faso. Allí, inundaciones previas habían causado un peligroso incremento de las aguas, por lo que el pasado 27 de agosto el Gobierno de Burkinabé decidió abrir una de las compuertas. Más de 900 metros cuadrados de agua por segundo fueron vertidos al Volta Blanco y el Volta Negro. Como resultado, los ghaneses que vivían en la orilla de ambos ríos se han visto profundamente afectados, según fuentes oficiales.

Burkina Faso se ha justificado arguyendo que se ha elegido el mal menor. Según el director de transporte de electricidad de la estatal Société Nationale d'Électricité du Burkina (SONABEL), Ouirago Bouda, "podría haber sido peor si la presa no hubiera existido", explicando además que las compuertas se abrieron cuando "el nivel del agua comenzó a exceder los niveles normales" para "evitar la erosión y posible destrucción de la presa".

Hasta este momento, la construcción de la presa era contemplada como una ventaja para los residentes cercanos, ya que el agua almacenada en el embalse permitía irrigar las cosechas durante la temporada de secano. Para Bouda, lo que ha sucedido es "la otra cara de la moneda", ya que "mientras las poblaciones desarrollan grandes extensiones de tierra irrigada por el agua del Bagre, también resultan afectadas por las inundaciones".

El acuerdo entre Burkina Faso y Ghana estima que este último debe ser avisado con dos semanas de antelación de cualquier actividad en la presa. La advertencia sobre la apertura de las compuertas fue recibida el pasado 14 de agosto, antes de las inundaciones.

"HAMBRUNA INMINENTE"

Aquellos que se han visto afectados por el desbordamiento del Nakambe son esencialmente granjeros, que producen las reservas de alimento para el país entero, incluyendo arroz, mijo y maíz. Según el diario local 'Ghanian Chronicle', las zonas afectadas por este desastre son las que generan un 45 por ciento del producto agrícola del país.

De momento, los granjeros han sido incapaces de producir las cosechas suficientes este año, debido a los meses de sequía que ha sufrido el país. Ahora, con la inundación, son muchos los funcionarios y voluntarios humanitarios que avisan de una escasez inminente de alimentos.

El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PAM) afirma que se han perdido 160.000 toneladas de cosecha, lo que quiere decir que "la hambruna en la zona es inminente", según el relaciones públicas del Ministerio de Interior, Nana Akrasi-Sarpong, solicitando la ayuda de la comunidad internacional para contribuir al programa de emergencia que tiene preparado el Gobierno ghanés, que afirma haber tomado "las medidas pertinentes" para impedir problemas de escasez en la región.

PLAN DE EMERGENCIA

Los desplazados viven, en estos momentos, en escuelas, centros comunitarios, iglesias, instalaciones gubernamentales o con sus parientes y amigos. Por ahora, el Gobierno ha enviado a algunas delegaciones a visitar las zonas afectadas, y se ha comprometido a aportar seis millones y medio de dólares en concepto de medicinas, comida, proyectos de reconstrucción, medicinas, mantas, ropa y tiendas para los desplazados.

Por ahora, ya se han gastado 53 millones de dólares que serán destinados, en su mayor parte, al noreste del país, siendo la región norte la segunda que recibirá mayor cantidad de ayuda, según el PAM. Pero para Akrasi-Sarpong, la situación es "alarmante", ya que Ghana es un "país en desarrollo, y no se puede escatimar recursos para enfrentarse a los efectos de las inundaciones en las tres regiones".

La ayuda proporcionada por las ONG y por el Gobierno se ha concentrado en el noreste del país, donde tienen previsto recibir en próximas fechas 5.000 sacos de cemento, 500 tejados listos para la instalación, y 2.000 sacos de arroz. Del registro de los desplazados se encarga Cruz Roja, junto con las tareas de la distribución de la comida. Además, también se están impartiendo lecciones a la población sobre los peligros de las enfermedades que conllevan las inundaciones.