Crónica Irak.- Congreso y Administración aguardan la comparecencia de Petraeus para redefinir la estrategia en Irak

Actualizado: domingo, 9 septiembre 2007 15:28

El comandante pediría la retirada de unos 4.000 soldados mientras ambos partidos estudian un plan conjunto para la retirada de tropas

WASHINGTON (ESTADOS UNIDOS), 9 Sep. (EUROPA PRESS) -

El máximo comandante de las fuerzas estadounidenses desplegadas en Irak, el general David Petraeus, ha informado al presidente Bush de su intención de mantener en la medida de lo posible el número de tropas presentes en el país árabe, aunque también reconoció al líder estadounidense que estaría dispuesto a aceptar la retirada de una brigada de entre 3.500 y 4.500 soldados el próximo mes de enero, para apaciguar a los críticos en el Congreso antes de su comparecencia especial en Capitol Hill, acompañado del embajador de EE.UU. en Bagdad, Ryan Crocker, que detallará la situación del Ejecutivo iraquí.

Petraeus, que en su testimonio previsto para el martes y el miércoles presentará las conclusiones sobre la situación de seguridad en Irak, busca adaptarse al inestable consenso que está empezando a tener lugar entre republicanos y demócratas en el Congreso, porque si bien todavía existen desavenencias en el seno de ambos grupos sobre la forma de retirar las tropas estadounidenses --aproximadamente 162.000-- presentes en Irak, sí que coinciden en afirmar que, tarde o temprano, sería necesario repatriar a un número de sus soldados aún por determinar.

En lo que al Ejército estadounidense se refiere, la postura de Petraeus es considerada como "extremadamente cauta", según informaron fuentes cercanas al Estado Mayor al diario estadounidense 'The New York Times'. "A Petraeus le preocupa el riesgo, y tal y como están las cosas le gustaría quedarse en Irak el mayor tiempo posible", según un destacado miembro del Ejército estadounidense, bajo el anonimato.

A la espera de conocer las conclusiones del informe de Petraeus, muchos analistas creen que el general podría, a la vez, satisfacer al Congreso y contentar a relevantes miembros de la Junta de Estado Mayor estadounidense, en particular el comandante del Mando Central, almirante William J. Fallon, preocupado por el desarrollo de los enfrentamientos en Irak y las bajas militares norteamericanas en Bagdad y que junto con el presidente saliente de la Junta, el general Peter Pace, ha pedido la retirada inmediata de los 30.000 soldados recientemente desplazados a Irak y extraídos de la reserva militar.

Tanto el testimonio de Petraeus como el de Crocker tienen lugar tras una semana protagonizada por diferentes análisis que critican la actuación del Gobierno iraquí en el conflicto. Los servicios de Inteligencia estadounidenses consideran que Nuri al Maliki es el primer ministro de un Ejecutivo "disfuncional y afectado por las luchas confesionales entre suníes y chiíes", según el diario 'The Washington Post".

La Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno estadounidense, en su informe publicado esta semana, considera que se ha realizado sólo "un leve progreso" en lo que se refiere a los 18 puntos que Bagdad debe solucionar, presentados por el presidente Bush el pasado mes de enero. No es un secreto que la administración considera al Gobierno iraquí falto de preparación para defender el país si las tropas estadounidenses se retiran de Irak en su totalidad. Pero esta opinión contrasta con, por ejemplo, la del ex comandante del Cuerpo de Marines, general retirado James Jones, que anticipa que una retirada total de Irak incitaría al Gobierno iraquí a asumir el control del país de forma rápida y efectiva.

DEBILIDAD DEMÓCRATA

En cualquier caso, e independientemente de las conclusiones que divulguen tanto Crocker como Petraeus, la decisión exclusiva de retirar cualquier número de tropas de Irak sigue descansando sobre los hombros de Bush, consciente de que la victoria demócrata en las recientes elecciones legislativas no impide que pueda ejercer el veto presidencial sobre cualquier decisión del Congreso en este aspecto.

El líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Steny H. Hoyer, reconoció al 'Post' que su grupo carece de "los números necesarios para saltarse los vetos presidenciales, como ya ha quedado demostrado" y que "no parece probable" que los demócratas puedan conseguirlo "en un futuro cercano".

Dado que una ofensiva unilateral es prácticamente una misión imposible, la presidenta de la Cámara de Representantes, la también demócrata Nancy Pelosi, ha sugerido votar a favor de una "legislación bipartidista", que cuente con el respaldo total del Congreso, respondiendo a las necesidades de los republicanos y que, sin pedir necesariamente la retirada inmediata de las tropas, sí que forzaría a la Casa Blanca a desarrollar determinados planes para repatriar a los soldados estadounidenses.

El problema es que este acercamiento entre ambos grupos no sentará muy bien a las bases más radicales. Para los demócratas liberales, queda la sensación que el partido se está "vendiendo" a los intereses republicanos, como señala el representante demócrata por Massachussets, Jim McGovern. "Al final, si firmamos algo que no supere nuestro 'control de olores', podemos tener una revuelta desde nuestro ala del partido", advirtió el diputado.

Los sectores menos convencidos del partido Republicano se limitan a esperar a las declaraciones de Petraeus y Crocker. Como afirmó el líder de la minoría en la Cámara, John A. Bochner, "los republicanos están esperando a escuchar a aquellos que han atestiguado de primera mano los éxitos y los fracasos". Según el representante por Ohio, el partido esperará a sendos testimonios para "emitir cualquier recomendación, juicio" u opinión sobre los "pasos a discutir o ajustes en la estrategia".

RETIRADA PLAUSIBLE

En cualquier caso, todo parece indicar que desde la misma Administración se está contemplando la retirada de tropas como una posibilidad real. El diario neoyorquino afirma que el propio secretario de Defensa, Robert Gates, ha expresado a sus colegas en privado que desea ver cierto número de tropas en casa para Navidad, como gesto de buena voluntad hacia los soldados y, además, para aliviar la eterna presión a la que está sometido el Gobierno estadounidense.

Fuentes de la Casa Blanca han comentado al medio que los planes más agresivos de retirada contemplan dejar, en 2008, a 10 brigadas de soldados instaladas en el país árabe, frente a las 20 que se encuentran en la actualidad desplegadas en Irak.

Los analistas consideran que Gates podría ser una voz de peso en el debate, sobre todo tras los comentarios recogidos por los medios durante su reciente visita sorpresa a Irak, acompañando a Bush, y en los que reconoció haber comentado al presidente "ciertas opiniones" respecto al reajuste de tropas.

A pesar de que el secretario de Defensa ha negado en diversas ocasiones hacer más comentarios al respecto, el 'Times' afirma que el deseo secreto de Gates es aprovechar las comparecencias de Petraeus y de Crocker para intentar alcanzar el consenso del Congreso en lo que a la estrategia para Irak se refiere. Un objetivo que, según el diario, podría implicar una mayor reducción de tropas de la que desea el propio comandante de campo estadounidense.