Crónica Irak.- Fallecen otros 32 iraquíes en un nuevo día de violencia y Al Maliki convoca una conferencia regional

Actualizado: martes, 5 diciembre 2006 19:10

Sadam Husein se niega a asistir al resto de audiencias en el juicio sobre su participación en el genocidio kurdo

BAGDAD, 5 Dic. (EP/AP) -

Al menos 32 iraquíes murieron hoy en Bagdad como consecuencia de dos ataques de la insurgencia contra un autobús que transportaba a empleados chiíes del Gobierno y dos coches bomba colocados en un distrito comercial de la ciudad, mientras que el primer ministro, Nuri al Maliki, anunció que su país convocará una conferencia regional que trate de encontrar soluciones para el fin de la violencia creciente en Irak, en un aparente abandono de la posición que había llevado hasta ahora a las autoridades iraquíes a rechazar la intervención de sus países vecinos en sus asuntos internos.

En consecuencia con la violencia interconfesional que sacude el país desde la invasión estadounidense en 2003 en Irak, el día se cobró hoy otra multitud de víctimas, muchas civiles, mientras aumenta la preocupación por la incapacidad de Gobierno y fuerzas de la coalición para controlar los atentados por todo el país.

Por una parte, 15 personas murieron y otras siete resultaron heridas en el norte de la capital después de que un grupo de hombres armados interceptara con un coche bomba y posteriormente tiroteara un microbús que transportaba a empleados de Dotación Chií, la agencia gubernamental encargada de atender a las mezquitas chiíes en Irak, según informó un portavoz del organismo, Salah Abdel-Razaq. Tres empleados salieron ilesos, confirmó.

Asimismo, otros 15 iraquíes murieron y 25 resultaron heridos hoy tras la explosión de dos coches bomba, a poca distancia entre sí, en el oeste de Bagdad, según informó la Policía. Las explosiones se registraron hacia las 9:45 horas (7:45 en España) cerca de una gasolinera de Biyaa, una zona comercial de la capital en el que conviven árabes suníes y chiíes, según la Policía.

Además, dos soldados iraquíes murieron y otros cuatro resultaron heridos como consecuencia de la explosión de una bomba colocada al borde de una carretera al paso de un convoy del Ejército en Yarmuk, una zona mayoritariamente suní del oeste de Bagdad.

La explosión se produjo hacia las 10:00 horas (ocho de la mañana en España), según informó bajo anonimato, por motivos de seguridad, un capitán del Ejército.

Entre tanto, el Ejército de Estados Unidos anunció que uno de sus soldados murió y cinco resultaron heridos ayer en un ataque de insurgentes. Otro militar norteamericano falleció cuando volcó el vehículo blindado en que se encontraba al norte del Campamento Adder, a 320 kilómetros al sureste de Bagdad, dijeron las mismas fuentes. Con estos últimos efectivos ya son 2.904 los fallecidos desde que comenzó la ofensiva en marzo de 2003.

CONFERENCIA REGIONAL

Mientras tanto, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, anunció que su país convocará una conferencia regional que aborde la manera de poner fin a la violencia creciente en Irak, en un aparente abandono de la posición que había llevado hasta ahora a las autoridades iraquíes a rechazar la intervención de sus países vecinos en sus asuntos internos.

Al Maliki explicó que el Gobierno enviará representantes a los países vecinos para intercambiar puntos de vista y discutir sus posibles contribuciones a la construcción de la seguridad y la estabilidad en Irak.

"Después de que el clima político se despeje, instaremos a la convocatoria de una conferencia regional en la que estos países que están interesados en la estabilidad y la seguridad de Irak participarán", indicó.

Este anuncio llega un día antes de que el Grupo de Estudios para Irak, encabezado por el ex secretario de Estado norteamericano James A.Baker III y el ex miembro demócrata de la Cámara de Representantes de Estados Unidos Lee Hamilton, publique sus recomendaciones sobre el cambio de estrategia de Washington en Irak.

Se espera que entre sus sugerencias se encuentre la de comprometer a países vecinos en Irak, incluyendo algunos de los 'enemigos' de Estados Unidos, como Irán y Siria, en la búsqueda del fin de la violencia en el país.

SADMA SE NIEGA A ASISTIR AL JUICIO

Por otra parte, el ex presidente iraquí Sadam Husein ha escrito una carta al juez principal del tribunal que juzga su papel en el genocidio kurdo para anunciar que no quiere asistir a más audiencias, sean cuales sean las consecuencias.

En la carta, manuscrita y en árabe, Sadam se refiere a los repetidos "insultos" que le han proferido el juez, Mohamed Oreibi al Jalifa, y los fiscales que valoran su implicación en la campaña militar entre 1987 y 1988, calificada de Operación Anfal.

"No se me dio la oportunidad de hablar cuando intenté aclarar la verdad levantando mi mano tres veces", asegura el ex dictador en su carta, de una página y fechada ayer lunes, en la que también responde a la acusación de que amasó una fortuna de 10.000 millones de dólares (7.500 millones de euros).

En una audición ayer, un fiscal pidió a Al Oreibi que liberara 10.000 millones de dólares, que aseguró "pertenecieron a el antiguo régimen y fueron depositados en bancos extranjeros" con el objetivo de "asegurar los derechos de las víctimas". El juez no respondió a la petición, y la audiencia fue retrasada hasta mañana miércoles.

Por el momento no ha sido verificada la autenticidad de la carta de Sadam, enviada por sus abogados y de la que AP obtuvo una copia. En ella, el ex dictador se presenta como "presidente de la República y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de los Muyaidín".

"Estoy disgustado", afirma. "No aceptaré ser ofendido continuamente por ti y los otros", agrega, dirigiéndose directamente a Al Jalifa. "Sadam, que enseñó el orgullo y la dignidad a mucha gente, rechaza asistir (al juicio) y se sujeto de insultos por agentes y sus seguidores", indicó.

El pasado cinco de noviembre, Sadam fue condenado a la pena capital por la muerte de 150 chiíes musulmanes tras un intento de asesinato contra su persona en la ciudad de Dujail, en 1982.