Crónica Irak.- Mueren más de 30 civiles en varios atentados en Bagdad pese a la inminencia de la operación de seguridad

Actualizado: lunes, 5 febrero 2007 19:56

Soldados iraquíes comenzaron hoy a instalar nuevos controles en las calles y carreteras de Bagdad y sus alrededores

BAGDAD, 5 Feb. (EP/AP) -

Las fuerzas iraquíes comenzaron hoy a instalar controles adicionales en las calles y carreteras de Bagdad como primer signo de la inminente operación de seguridad que llevarán a cabo las fuerzas iraquíes y estadounidenses para intentar pacificar la ciudad bajo el mando del general iraquí Abboud Gambar. Mientras, más de 30 civiles fallecieron hoy en distintos atentados perpetrados en la capital. En el incidente más grave, quince personas murieron en un doble atentado con coches bomba mientras esperaban una cola para rellenar sus bombonas de propano.

En otro atentado perpetrado en un mercado del centro de la capital murieron al menos cuatro personas y otras 16 resultaron heridas, informaron fuentes policiales, informó la agencia iraquí 'Voices of Iraq'. En otros dos atentados perpetrados en el distrito de Al Saydiyah y en la estación de autobuses de Al Nahza murieron diez y nueve civiles, respectivamente, y otros 89 resultaron heridos.

También hoy, milicianos chiíes quemaron tres casas en el barrio suní de Al Amil, en el suroeste de la capital. Aún se desconoce si hay víctimas, aunque la Policía acordonó la zona.

Durante el fin de semana fueron abatidos dos importantes miembros de las organizaciones política y militar del clérigo radical chií Muqtada al Sadr; el Movimiento Sadr y el Ejército del Mahdi.

Uno de los fallecidos, Jalil al Maliki, un destacado miembro del Ejército del Mahdi en Basora, murió cuando tres hombres armados le dispararon desde un coche, en el sur de Basora, según informó hoy la Policía. Al Maliki ya había sobrevivido a un intento de asesinato el pasado año.

Por su parte, Ali Jazim, quien dirigía el brazo político de la organización de Al Sadr en la provincia de Diyala, al noreste del país, murió ayer abatido por soldados estadounidenses en su casa de la localidad de Howaider, situada a 20 kilómetros al este de Baquba, explicó un portavoz del bloque parlamentario del Movimiento Sadr, Saleh al Ageili. La Policía confirmó la versión de Al Ageili y reveló que Jazim tenía heridas de bayoneta.

"Lo que le ha ocurrido a Jazim es parte de una serie de provocaciones de las fuerzas de ocupación contra el Movimiento Sadr. Las fuerzas de ocupación saben bien quiénes son los terroristas y su paradero; aún así, atacan a nuestra gente", afirmó Al Ageili en declaraciones a AP.

El Ejército estadounidense informó en un comunicado que tropas iraquíes con respaldo militar norteamericano abatieron en Howaider al líder de un grupo rebelde escindido del Ejército del Mahdi, pero no revelaron el nombre de la víctima. "El sospechoso dirigió varias operaciones de secuestro, asesinatos y otros atentados cometidos contra civiles y policías iraquíes. También era responsable de varios ataques contra fuerzas iraquíes y de la coalición", informó esta fuente.

Al menos siete miembros relevantes de la organización de Al Sadr han muerto o han sido detenidos en los últimos dos meses, fecha en la que el primer ministro, Nuri al Maliki, retiró su protección a la milicia chií.

BAJAS ESTADOUNIDENSES Y BRITÁNICAS

También murió hoy un soldado británico en un atentado con bomba perpetrado en las inmediaciones del consulado estadounidense en Basora. La muerte de este militar, cuya identidad se desconoce, eleva a un centenar la cifra de soldados de Reino Unido muertos en acciones hostiles desde la invasión de marzo de 2003, según informó hoy el Ministerio británico de Defensa. En total, son 131 los militares británicos muertos en el país árabe.

El Ejército estadounidense, por su parte, informó de la muerte de dos soldados americanos. Ambos murieron ayer en acciones de combate, uno justo al norte de Bagdad y el otro en la convulsa provincia de Diyala, al norte de la capital. Uno de los soldados murió como consecuencia de la explosión de una bomba al paso de una patrulla de combate al norte de la capital. El segundo militar murió como consecuencia de sus heridas tras un ataque con arma ligera.

UN GENERAL IRAQUÍ AL MANDO

El general Abboud Gambar dirigirá la inminente operación de seguridad que se ha puesto en marcha hoy con la instalación de los primeros controles adicionales a pesar de que el Gobierno iraquí prefería que la dirigiera el general Mohan al Freiji. Freiji contaba con el respaldo del primer ministro, Nuri al Maliki, pero Gambar gozaba del apoyo de Washington, por lo que finalmente fue elegido para comandar la misión.

Gambar tendrá dos lugartenientes, también iraquíes, que ejercerán el mando de las tropas del norte y el sur de la ciudad, separada por el río Tigris. La ciudad ha sido dividida además en nueve distritos. En cada uno de ellos habrá al menos 600 efectivos estadounidenses desplegados para respaldar a las tropas iraquíes, que liderarán las operaciones anti-insurgentes. Washington ha enviado un total de 21.500 militares adicionales para garantizar el éxito de esta nueva iniciativa.

Se trata de la tercera gran iniciativa para frenar la violencia sectaria e insurgente en Bagdad en tan solo nueve meses. Las dos anteriores, las operaciones Juntos Adelante I y II fracasaron, según Washington, porque las autoridades iraquíes no aportaron las tropas suficientes. Sin embargo, en esta ocasión serán un total de 90.000 efectivos iraquíes y estadounidenses los que participen en la nueva iniciativa.

El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, informó la semana pasada de que las tropas iraquíes estaban incorporándose adecuadamente, pero que aún faltaba la mitad de los efectivos prometidos por el Gobierno iraquí.

Algunas fuerzas políticas iraquíes, por su parte, consideran que esta operación llega demasiado tarde. Falah Hassan, el portavoz parlamentario del Movimiento Sadr, dirigido por el clérigo radical chií Muqtada al Sadr, lamentó que las tropas iraquíes y estadounidenses no pudieran evitar la masacre perpetrada el pasado sábado en la que murieron 132 personas en el mercado de Sadriyah, situado en una zona predominantemente chií de la capital.

"El Gobierno nos dijo que necesitaban más tiempo para cumplir con los requisitos de un plan que pudiera tener éxito, pero que estaban a punto de conseguirlo. Exigimos que el plan se ponga en marcha tan pronto como sea posible porque los terroristas están yendo demasiado lejos en sus despiadados ataques", afirmó el dirigente chií.