Crónica Irak.- Los suníes aseguran que no volverán al Gobierno de Al Maliki hasta que se cumplan sus demandas

Turquía busca convencer a Al Hashimi para que vuelva al Gabinete ante la nueva coalición entre chiíes y kurdos

ESTAMBUL (TURQUÍA), 24 Ago. (Del corresponsal de EUROPA PRESS, Ildefonso González) -

El vicepresidente iraquí, Tariq al Hashimi, advirtió hoy de que la formación política suní que lidera no volverá a integrar el Gobierno iraquí hasta que éste cumpla con sus demandas, como la liberación de los detenidos que permanecen retenidos indefinidamente sin cargos en su contra. A la inestabilidad política, se suma la que se ve sobre el terreno, lo que ha llevado hoy al comandante estadounidense, Rick Lynch, al frente de una de las regiones más conflictivas de Irak, a responder al senador republicano John Warden sobre la contrariedad que supondría una retirada de tropas, como la propuesta por éste, porque implicará, dijo, "dar un gran paso hacia atrás".

En rueda de prensa conjunta en Ankara, Al Hashimi, flanqueado por el ministro turco de Asuntos Exteriores en funciones, Abdulá Gül, explicó que la coalición de partidos suníes que representa ha sugerido "un paquete de reformas" que incluyan sus "expectativas". "Podemos volver al Gabinete de ministros si el Gobierno cumple con dichas expectativas", insistió.

El Partido Islámico de Irak, que forma parte de la coalición Frente del Consenso Iraquí, retiró a principios de mes a cinco de sus ministros del Ejecutivo de Nuri al Maliki. Unos días después, se creó una nueva coalición, denominada Frente Moderado, entre los principales partidos chiíes y kurdos del país árabe.

Precisamente ayer, 16 agencias de Inteligencia estadounidenses convergieron en un informe sobre Irak, parcialmente desclasificado, que el Gobierno iraquí será más precario en los próximos seis-doce meses si no mejora la calidad de sus fuerzas de seguridad, lo suficiente como para operar de forma independiente sin ayuda del exterior.

Además, el informe sostiene que a la situación de inseguridad hay que añadir otro factor de desestabilización como es la ausencia de líderes esenciales y las disputas políticas internas, que ralentizan la toma de decisiones a nivel nacional y "han aumentado la vulnerabilidad de Al Maliki para forjar coaliciones alternativas", señala el informe.

A pesar de la oposición de grupos chiíes al Ejecutivo de Al Maliki, el informe refleja que éste podrá continuar capitalizando la creencia generalizada entre líderes chiíes de que "la búsqueda de un sustituto podría paralizar al Gobierno".

Ante este panorama, Gül urgió a los distintos partidos iraquíes a superar sus diferencias, argumentando que "una división de Irak no es una alternativa". Turquía no ve con buenos ojos la reciente entrada en el Gobierno iraquí del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), cuyo líder, Masud Barzani, es el presidente de la región semiautónoma del norte de Irak.

Por ello, según la prensa local, Turquía está presionando a las partes para conseguir el regreso de los suníes a la coalición de Gobierno iraquí. Anoche, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, mantuvo una cena oficial con Al Hashimi y trató el tema, en una conversación telefónica, con Al Maliki.

NO A LA RETIRADA DE EEUU

Por su parte, el comandante del Ejército estadounidense al frente de las tropas destacadas en el sur de Bagdad, el general Rick Lynch, aseguró hoy que una retirada de sus efectivos significaría "un gigante paso atrás", y contestaba así a la sugerencia del influyente senador republicano John Warden, que se mostró ayer a favor de una retirada sobre el terreno.

En este sentido, Lynch advirtió de que los milicianos que han abandonado las zonas que él cubre, a raíz de recientes operaciones para erradicar su presencia, de llevarse a cabo una hipotética retirada de soldados, los insurgentes regresarían al poco tiempo.

"Si los soldados de la coalición se marchan, después de haber luchado duramente sobre el terreno y habiendo rechazado que el enemigo ocupe sus santuarios, lo que ocurriría es que el enemigo regresaría", advirtió. "Comenzaría a fabricar otra vez bombas, volvería a atacar a los residentes locales y comenzaría a exportar la violencia al resto de Bagdad y, entonces, daríamos un gigante paso atrás", aseguró a los periodistas acreditados ante el Pentágono por videoconferencia desde Irak.

Asimismo, hizo hincapié en el hecho de que el reciente flujo de soldados adicionales que Washington inyectó --alrededor de 30.000, en el marco de una operación para pacificar Bagdad y que arrancó el pasado febrero-- ha hecho posible, destacó, obtener progresos sobre el terreno, e insistió en que, como comandante, necesita todos sus efectivos hasta que su contraparte iraquí sea capaz de tomar el relevo en el país y garantizar la seguridad de Irak, algo que, incidió, podría ser posible el año que viene.

Lynch contestaba así a las declaraciones del senador Warner que ayer insistió en que el presidente, George W. Bush, debería anunciar, al menos, una "pequeña" reducción de tropas antes de las próximas Navidades.

Warner, antiguo presidente del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado y antiguo secretario de la Marina durante la guerra de Vietnam, aseguró que, de esta manera, Bush mandaría un mensaje claro al Gobierno iraquí de que el compromiso de Estados Unidos en Irak no es ilimitado.

Asimismo, el senador republicano se mostró partidario de que sea el presidente quien decida cuándo y cuántas tropas deben regresar a casa, aunque Bush es el primero que ha rechazado poner fecha al regreso de los soldados hasta que la condiciones sobre el terreno lo permitan.

El próximo de septiembre, el máximo responsable del Ejército norteamericano en Irak, el general David Petraeus, y el embajador en Irak, Ryan Crocker, presentarán sendos informes ante el Congreso, que serán remitidos a Bush, sobre la evolución del conflicto en Irak y cuyas conclusiones se espera que perfilen la estrategia a seguir en Irak: quedarse, quedarse con más efectivos, quedarse con menos efectivos o marcharse.