Crónica Liberia.- Save the Children denuncia la elevada explotación sexual infantil en campos de refugiados en Liberia

Actualizado: lunes, 8 mayo 2006 19:59

La ONG indica que un alto número de niñas acceden a mantener relaciones sexuales a cambio de dinero u otro tipo de favores

MADRID, 8 May. (EUROPA PRESS) -

La ONG internacional de defensa de la infancia Save the Children denunció hoy la elevada explotación infantil que se registra en los 25 campos de refugiados que hay actualmente en Liberia, en los que residen más de 1,3 millones de liberianos que se han visto obligados a abandonar sus hogares como consecuencia de los 15 años de guerra civil sufridos por el país y que han dejado más de 250.000 víctimas, en su mayoría civiles.

Según el estudio elaborado por la ONG, preocupada por la falta de protección de los niños y niñas desplazados en estos campamentos, se produce un alto número de casos de explotación sexual infantil, por lo que pide medidas efectivas para una mejor protección de los menores de edad. El estudio, que lleva como título 'Del campo a la comunidad', se ha realizado a través de grupos de discusión y entrevistas en profundidad con 315 personas, de las que 158 eran niños y niñas, que viven en cuatro campos de desplazados internos y en cuatro comunidades de retornados.

Entre las principales conclusiones a las que llega el informe, destaca el alto número de niñas que accede e incluso busca mantener relaciones sexuales con hombres mayores a cambio de dinero para sus familias, de artículos a los que no pueden acceder de otra forma, de trato de favor o incluso de comida. Según Save the Children, en algunos casos existe la sospecha de que hasta el 50% de las niñas puede haberse visto implicado en este tipo de explotación, y aunque la mayor parte de ellas tiene entre 12 y 18 años, se han dado casos de niñas incluso menores.

Entre los principales factores citados como causas de que las niñas accedan a este comercio sexual, según Save the Children, figura sobre todo las graves necesidades económicas. En muchos casos son los padres u otros familiares los que las animan, pero también se producen presiones entre las propias chicas, que "se animan las unas a las otras a hacer este tipo de cosas para conseguir dinero".

Asimismo, según la ONG infantil, el ver a otras niñas con cosas materiales como ropa de moda, teléfonos móviles, perfume o relojes, hace que ellas también las quieran tener. Además, añade el informe, el aburrimiento hace que los niños realicen actividades de riesgo como beber alcohol, fumar marihuana o ir a discotecas o centros de ocio donde están más expuestos a los hombres que buscan sexo.

Por otra parte, el estudio resalta que los hombres que suelen mantener relaciones sexuales con menores a cambio de dinero suelen tener entre 30 y 60 años y disponer de más dinero o un mayor estatus que el resto. Así, el prototipo de hombres que se perfila, según el estudio son: hombres mayores que dan a las niñas comida, ropa o dinero para gastos escolares a cambio de sexo; hombres de negocios de la comunidad, de los pueblos o ciudades cercanos o de otros países; así como importantes cargos locales, funcionarios gubernamentales, policías, ex combatientes o soldados del Ejército liberiano.

Llama la atención el hecho de que entre los hombres que recurren al sexo pagado con menores figuren los miembros de las fuerzas de mantenimiento de paz, los trabajadores de las ONG locales e incluso los propios profesores de los menores.

Según Save the Children, la mayor parte de estos casos no son denunciados porque a veces los líderes o miembros del Comité de gestión del campo de refugiados están implicados. Otras veces, las niñas no quieren denunciarlo porque sienten que se están beneficiando de esta "transacción" y se enfadan si alguien lo denuncia. "Algunas niñas consideran que los hombres les están ayudando pero la comunidad sí lo ve como explotación", afirma la ONG en su comunicado.

Otras veces, son los propios padres quienes no quieren presentar una denuncia porque se benefician de las actividades de sus hijos. "Muchos padres están contentos de recibir el dinero, pero si sus hijas se quedan embarazadas y el hombre se desentiende, los padres se avergüenzan de ella y a veces la echan de casa", lamenta el informe.

RECOMENDACIONES AL GOBIERNO, ONG Y DONANTES

Por todo ello, la ONG internacional recomienda el establecimiento de una oficina de un defensor oficial que determine los medios apropiados, disciplinarios y judiciales para denunciar los incidentes y acabar con la actual impunidad, y que debería estar formado por mujeres al menos en un 50%. Asimismo, reclama a los donantes internacionales que destinen entre el 2 y el 4% de los fondos a medidas para prevenir el abuso y la explotación sexuales.

Save the Children reclama al Gobierno liberiano que haga cumplir la legislación para castigar a los que han cometido estos abusos, incluidos los trabajadores del sector público, profesores o trabajadores sanitarios, y que se informe en las escuelas sobre los riesgos de explotación y alternativas a este tipo de transacciones.

Por otra parte, reclama a las fuerzas de paz que refuercen el control de la conducta de sus tropas mejorando los sistemas de información, y pide a las ONG locales que se aseguren del conocimiento y el respeto de unos estándares mínimos de conducta a todos los niveles; que establezcan mecanismos de supervisión del personal y proveedores, y que respondan inmediatamente cuando se denuncia algún caso. Además, considera que deben establecer códigos de conducta sobre abuso y explotación sexual y procedimientos disciplinarios para su personal.

En cuanto a las ONG internacionales, Save the Children opina que deben crear mecanismos fuertes para el control de las ONG locales con las que trabajan, y, en el caso de trabajar con niños, deben establecer un código de conducta efectivo con sistemas de control para asegurar su cumplimiento por parte de todo el personal. La propia ONG estableció en 2004 un código de conducta ético interno de obligado cumplimiento para todos sus empleados, contrapartes locales y proveedores, así como los mecanismos de control para asegurar dicho cumplimiento.