Crónica Pakistán.- Benazir Bhutto pone fin a más de ocho años de exilio y regresa a Pakistán tras lograr la amnistía

Actualizado: jueves, 18 octubre 2007 23:18

KARACHI (PAKISTÁN), 18 Oct. (EP/AP) -

La ex primer ministra paquistaní Benazir Bhutto puso hoy fin a más de ocho años de exilio al regresar a su país --en un vuelo procedente de Dubai--, en donde fue recibida por unos 150.000 seguidores enfervorizados. El regreso de Bhutto se produce en medio de un futuro político particularmente incierto para Pakistán, pero con la aspiración de obtener un tercer mandato al frente del Gobierno, seguramente en coalición con el actual presidente del país, Pervez Musharraf.

Bhutto, primer ministra en dos ocasiones, descendió del avión con lágrimas en los ojos y aseguró sentirse "muy bien". A continuación subió a un camión con el que recorrió triunfante las calles de Karachi. "Conté las horas, los minutos y los segundos para ver esta tierra, este cielo, estos campos", admitió Bhutto en declaraciones a 'AP' desde el aeropuerto.

Aseguró estar luchando por la democracia y para ayudar al país --de 160 millones de habitantes-- a derrotar al extremismo que le ha hecho ganar la reputación de albergue del terrorismo internacional. "Esta no es la imagen real de Pakistán", defendió.

"Las personas que se ven fuera (en las calles de Karachi) son la verdadera imagen" del país, añadió Bhutto, quien les describió como las "decentes y trabajadoras" clases media y obrera del país que quieren recibir poder para construir una nación "moderna y moderada".

Con las elecciones parlamentarias fijadas para el mes de enero, Bhutto confía en hacer campaña para optar a un tercer mandato como primer ministra, aunque los analistas consideran que ha puesto en riesgo su popularidad al pactar con el presidente, general Pervez Musharraf, que ha perdido gran credibilidad.

Las autoridades del país desplegaron miles de efectivos de las fuerzas de seguridad para proteger a la líder del partido secular --Partido del Pueblo de Pakistán (PPP)-- de posibles atentados de radicales islamistas. No evitaron, sin embargo, que los seguidores del partido, llegados en autobuses, se manifestaran para celebrar el regreso.

Entre los seguidores había representantes de las comunidades minoritarias cristiana e hindú y de la tribu Baluch, y todos ellos acompañaron a Bhutto en su recorrido hasta la tumba del fundador de Pakistán, Mohammed Ali Jinnah, en donde tenía previsto pronunciar un discurso. Mientras, la multitud la aclamaba al grito de "Primera ministra Benazir!", la agasajaba con flores y ondeaban la bandera de su partido.

Durante el recorrido por las calles, Bhutto estuvo acompañada por otros cargos del Partido del Pueblo y protegida por un cubículo blindado instalado en el camión en el que se trasladó. Aún así, cuando llegó la oscuridad, guardias armados escoltaron el séquito.

Uno de los participantes en la recepción de la líder paquistaní, un granjero de 35 años llamado Azad Bhatti y que viajó desde la ciudad sureña de Hyderabad, aseguró tener "fe ciega" en el liderazgo de Bhutto. "Cuando Benazir Bhutto está en el poder no hay explosiones de bombas, porque proporciona trabajos y no hay frustración entre la gente", consideró Bhatti.

CONVERSACIONES CON MUSHARRAF

Bhutto asentó su regreso en base a las negociaciones que ha mantenido con Musharraf, quien llegó al poder con un golpe militar en 1999. El presidente ha prometido renunciar a la jefatura del Ejército paquistaní si logra vencer en las elecciones y obtiene un nuevo mandato.

Las conversaciones mantenidas permitieron que Bhutto recibiera la amnistía por los cargos de corrupción que pesaban sobre ella y que la forzaron al exilio. Pero también podrían servir para establecer una alianza, animada por Washington, contra Al Qaeda y los talibán.

La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, evitó pronunciarse hoy directamente sobre el regreso de Bhutto, pero dijo que Estados Unidos quería un Pakistán "en paz y democrático", un "Estado islámico que sea una fuerza moderada en la región y que pueda ser un aliado para ayudarnos a luchar contra el extremismo y el radicalismo"

Bhutto, cuyos dos mandatos entre 1988 y 1996 se vieron salpicados por acusaciones de corrupción y mala gestión, confía en llevar a su partido hasta la victoria, de nuevo, el próximo mes de enero. Sin embargo, muchos paquistaníes se muestran escépticos ante las promesas de empleo y seguridad de Bhutto.

Un empresario de 38 años que vive cerca del aeropuerto de Karachi, Kamran Saleen, aseguró que "la gente ahora es inteligente, no comprarán esta porquería".

A pesar del optimismo de Bhutto en su recorrido, la gente congregada pareció ser mucha menos que los tres millones de personas que el PPP aseguró que se habían dado cita para recibir a su líder. Fuentes oficiales revisaron muy a la baja el número de participación y lo fijaron en unas 150.000 personas.

RESPUESTA OFICIAL

El primer ministro, Shaukat Aziz, dio la bienvenida al regreso de Bhutto, indicando que puede contribuir a la mejora del clima político y al "florecimiento" de la democracia.

Sin embargo, Musharraf, que había recomendado a Bhutto que retrasase su llegada al país mientras él se ocupaba de los asuntos legales que podrían impedir su permanencia en el poder, no se ha pronunciado.

No obstante, el ministro de Información, Muhammad Ali Durrani, calificó de fracaso la marcha llevada a cabo por Bhutto: "Es la respuesta de los trabajadores del PPP y no la respuesta pública, e incluso la respuesta de los trabajadores es mucho más minoritaria de lo que ella esperaba".

A pesar de todo, la demostración de apoyo ha puesto de manifiesto que la maquinaria del partido de Bhutto sigue intacta tras su larga ausencia.