BRUSELAS, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea quiere dar poderes a los reguladores nacionales para que puedan desmembrar los grandes grupos de telecomunicaciones y separar funcionalmente el departamento de servicios y el de gestión de redes con el objetivo de fomentar la competencia. Bruselas propondrá además crear una Autoridad Europea del Mercado de las Telecomunicaciones.
Estas serán las principales novedades del paquete de reforma de las telecomunicaciones que el Ejecutivo comunitario presentará el próximo martes 13 de noviembre, según ha anunciado la comisaria de Sociedad de la Información, Viviane Reding. Los planes se enfrentan a la oposición de la mayoría de operadores europeos y han causado una fuerte controversia incluso en el seno de la Comisión, ya que cuentan con el rechazo de la comisaria de Competencia, Neelie Kroes.
Pese a las críticas, Reding ha dejado claro que tiene intención de seguir adelante con su iniciativa. "He llegado a la conclusión de que el instrumento de la separación funcional debe incluirse en la caja de herramientas de los reguladores nacionales para que se use en los casos más recalcitrantes en los que se han intentado otras medidas correctoras pero han fracasado", anunció.
La comisaria insiste en que la separación funcional puede resolver problemas de competencia permitiendo la entrada de nuevas empresas que tengan acceso a la red y fomentando la inversión en las infraestructuras, lo que a su juicio acelerará la penetración de la banda ancha. En este sentido, siempre pone como ejemplo el caso de Reino Unido, donde ya se ha aplicado esta medida con British Telecom.
Como resultado, el número de líneas desagregadas aumentó desde 105.000 en 2005 a 2,42 millones en junio de 2007. Al mismo tiempo, el precio de las acciones de BT subió y la inversión en red subió considerablemente, lo que a juicio de Reding "refuta el mito de que la separación funcional sería perjudicial para la inversión". Italia y Suecia han emprendido también el camino de la separación funcional y Polonia empieza a reflexionar sobre esta vía.
La Asociación Europea de Operadores de Redes de Telecomunicaciones (ETNO, por sus siglas en inglés) ya ha expresado su oposición a la separación funcional al considerar que podría disuadir a los operadores de realizar nuevas inversiones en infraestructuras como las de fibra. "La separación funcional no impulsará las inversiones arriesgadas en redes de acceso nuevas y alternativas y no es el instrumento adecuado para fomentar la competencia basada en infraestructuras", señala la Asociación.
En el mismo sentido se ha expresado el presidente de Telefónica, César Alierta, que la semana pasada se entrevistó con la comisaria Reding. Alierta considera que la separación funcional es un "paso atrás" que impedirá que los operadores puedan ofrecer velocidades más altas de banda ancha. En contraste, el presidente de Ono, Ignacio Galdón, apuesta por separar las redes antiguas de las nuevas para que todos los operadores estén en la misma situación.
AUTORIDAD EUROPEA
También ha resultado muy polémico el plan de Reding de crear una nueva Autoridad Europea del Mercado de las Telecomunicaciones, de la que formarán parte los reguladores nacionales, y que se convertirá en el "símbolo del mercado único de telecomunicaciones". Esta propuesta ha sido bien recibida por el regulador italiano pero rechazada de plano por el británico, que alega que sólo servirá para crear más burocracia y socavar la autoridad de los reguladores nacionales.
"Queremos que en el futuro los reguladores sean más independientes de los operadores y de sus Gobiernos, y por eso la comisaria Reding tiene previsto proponer el 13 de noviembre una Autoridad Europea del Mercado de Telecomunicaciones que apoye a la Comisión en su trabajo para crear un mercado único con una competencia justa también para los consumidores europeos", dijo el portavoz de Sociedad de la Información, Martin Selmayr. El Ejecutivo comunitario sostiene que ello no puede lograrse con el trabajo del grupo de reguladores europeos, que se creó en 2003 y que todavía no ha producido "resultados concretos".
La reforma que se presentará el martes enfatizará la necesidad de reforzar la independencia de los reguladores nacionales (en el caso español la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones). "Los reguladores auténticamente independientes, que están bien equipados y cuentan con una plantilla de expertos, constituyen la mejor garantía para una regulación rápida y eficaz en caso de problemas de competencia", subrayó Reding.
El Ejecutivo comunitario considera que en los últimos años la competencia en el sector ha aumentado, la oferta se ha incrementado y los precios han bajado. Por este motivo, el Ejecutivo comunitario propondrá eliminar la regulación ex ante en alrededor de la mitad de los 18 mercados que están regulados en estos momentos.
No obstante, Reding insiste en que "todavía queda mucho por hacer" ya que, por ejemplo, el 89,5% del mercado de acceso directo en la UE -un área considerada por Bruselas "crucial" para el desarrollo de la banda ancha-, está todavía dominado por los operadores históricos. Ello demuestra, a su juicio, que la regulación sigue siendo necesaria.
La propuesta de reforma de las telecomunicaciones incluirá además una propuesta para gestionar el espectro radioeléctrico y el denominado 'dividendo digital', que resultará del apagón de la señal analógica de las televisiones en 2012. De acuerdo con lo que ha trascendido, las principales novedades en este apartado consisten en la introducción del principio de neutralidad tecnológica del espectro y de la posibilidad de comerciar con él.
Ello ha provocado ya el rechazo de la asociación de televisiones (EBU-UER), que reclama que se mantenga el reparto actual de frecuencias y sobre todo que se impida a los operadores de telefonía móvil que accedan, tal y como pretenden, a las bandas que utilizan las televisiones, ya que, según alegan, ello provocará frecuentes interferencias que se traducirán en la pérdida completa de la señal por ser esta digital y no analógica.
El Ejecutivo comunitario espera que la reforma de las telecomunicaciones entre en vigor en 2010 tras pasar por el trámite de los Veintisiete y de la Eurocámara.