BRUSELAS, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
La ONG Oxfam pidió hoy que la Comisión Europea pueda revisar "a la baja" el objetivo vinculante de usar un 10% de biocombustibles en el sector de los transportes de aquí a 2020 pactado por los Veintisiete el pasado marzo con el objetivo de tener en cuenta el "impacto" del uso de este tipo de carburantes "en las personas más pobres" y garantizar, así, que la producción de biocombustibles sea "sostenible" a nivel mundial.
El asesor en materia de biocombustibles de Oxfam, Robert Bailey, explicó hoy durante la presentación de un informe de la ONG que si el Ejecutivo comunitario verdaderamente busca garantizar que la producción de biocombustibles sea "sostenible" a nivel mundial "debe tener en cuenta" aspectos como el desplazamiento de personas y la expropiación de tierras para producir biocombustibles, garantizar el respeto por los estándares laborales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para trabajadores del sector biocombustibles y el derecho a la alimentación de las personas pobres, además de tratar de forma justa a los pequeños productores.
Para ello, Bailey subrayó la necesidad de que sea Bruselas quien "regule la demanda mediante la posibilidad de modificar el objetivo del 10%" a la baja. Este mecanismo de reducción debería incluirse, según Oxfam, en la norma que prepara el Ejecutivo comunitario para convertir en jurídicamente vinculante el compromiso de marzo. "Los pobres no deben pagar la reducción de emisiones" en la UE, advirtió, algo que sería "una tragedia".
Recordó que, en la actualidad, los biocombustibles sólo representan el 1% de los carburantes destinados al transporte en el conjunto de la UE. El objetivo de la Comisión Europea de elevar este porcentaje al 10% hará que los países comunitarios "importen" los cereales destinados a la producción de biocombustible "de países en vías de desarrollo", estimó, por su capacidad de producir de forma "más eficiente" el biocarburante.
NO RENTABLES
Bailey incidió en que "en la actualidad los biocombustibles no son rentables" y "no lo van a ser hasta dentro de unos años", incluidos, dijo, los que se producen en Europa "donde no serían rentable si no fuera por los subsidios" que garantiza Bruselas.
Por otra parte, lamentó que en muchos países, especialmente en África, crecen los planes para destinar mayor superficie a la producción de biocombustibles. "En Mozambique, el 40% de la tierra --equivalente a 33 millones de hectáreas-- ha sido identificada como potencialmente favorable para la producción de biocombustibles", porcentaje que en el caso de Tanzanía, explicó, aumenta hasta la mitad de la superficie total del país.
Asimismo, destacó que Brasil, el mayor productor de etanol, "planea aumentar la producción de caña de azúcar en un 55% en los próximos seis años para anticipar la demanda de etanol en Estados Unidos y la UE". Igualmente, dijo, "Malasia e Indonesia tienen planes para aumentar su producción de biocombustibles de forma masiva". Ambos países, recuerda el informe de Oxfam, "representan el 80% de la producción de aceite de palma" y "esperan hacerse con el 20% del mercado de biocombustibles en Europa a la altura de 2009".
60 MILLONES DE DESPLAZADOS POTENCIALES
La generalización en la producción de biocombustibles, tanto en los países emergentes como Brasil, como en los países en vías de desarrollo, puede tener "consecuencias trágicas" para miles de personas, advierte Oxfam. En este sentido, la ONG recordó que 60 millones de indígenas en todo el mundo pueden ver expropiadas sus tierras para dar paso a plantaciones de biocombustibles, según estadísticas que maneja el Foro Permanente sobre Asuntos Indígenas de la ONU. Cinco millones de ellos, destacó Bailey, se encuentran sólo en la región indonesia de Kalimantan (oeste del país).
El informe, también denuncia la práctica "de grupos paramilitares colombianos que obligan a los productores, a punta de pistola, a abandonar sus tierras, torturan y asesinan a quienes se oponen, para (en ellas) plantar aceite de palma, frecuentemente para biocombustibles", algo que asegura "ha contribuido a una de las peores crisis de refugiados en el mundo".
Además de los "problemas de especulación" a los que aludió Bailey --asociados a la producción de biocombustibles para aumentar la superficie de producción y el precio de los alimentos destinados a estos carburantes--, el informe de Oxfam destaca otros problemas como el hecho de que "los sistemas de irrigación aumentan la escasez de agua" entre las comunidades locales próximas a plantaciones destinadas a la producción de biocombustibles; la contaminación de suelo, agua y aire "por los productos agroquímicos o por las prácticas de combustión"; "el trabajo indecente" al que se ven abocados muchos empleados en plantaciones que, como en Brasil, "ganan poco más de un dólar por tonelada" de remolacha de azúcar recogida.
Asimismo, Oxfam pide que se "respete" a los productores pequeños y a los propietarios de plantaciones reducidas que, como en Indonesia, representan el 30% de la producción nacional de aceite de palma. La ONG denuncia en su informe que alrededor de 4,5 millones de pequeños productores "están atados a las grandes compañías de aceite de palma que les suministran créditos con los que preparar las tierras y financiar las semillas".
"La deuda se acumula a lo largo de los primeros ocho años que transcurren antes de que el aceite de palma sea rentable", denuncia el informe, de forma que "los granjeros se ven obligados a vender (sus pequeñas plantaciones) a las compañías con las que se endeudaron", critica el texto.
ENCARECIMIENTO DE ALIMENTOS
Por último, la ONG advierte del problema de que la producción de cereales para biocombustibles encarezca los precios de los alimentos de tal manera que tengan "un impacto en las personas más pobres". Según datos de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica (OCDE) en la próxima década "el precio de los alimentos aumentará entre un 20 y un 50% en comparación con los últimos años" e identifican, subraya Oxfam, "a los biocombustibles como uno de los principales causantes" de dicho incremento.
De los 82 países que la FAO incluye en su lista de Países de Bajo Ingreso y de Déficit Alimentario, la mitad, explicó Bailey, se encuentran en África. "Las personas pobres que emplean el 50% de sus ingresos en alimentos, tienen menos capacidad para adaptarse a las reservas", añadió, al tiempo que se ven más afectados por la "volatilidad de los precios de los alimentos" que la producción de biocombustible puede fomentar.
Para hacer frente a los problemas asociados a la producción de biocombustibles --que Bailey aseguró "tienen un enorme potencial para atajar la pobreza"--, Oxfam pide a la Unión Europea que "además de aplicar estándares medioambientales, establezca estándares sociales y los aplique a todos los biocombustibles con independencia de dónde sean producidos", a fin de que la reducción de las emisiones de CO2 que emiten los transportes "no sea a expensas" de destruir la forma de vida de los colectivos indígenas y los más pobres.