Crónica UE.- La UE se compromete a recortar un 20% las emisiones de efecto invernadero en 2020

Actualizado: martes, 20 febrero 2007 21:50

Narbona pide que se tengan en cuenta las emisiones per cápita a la hora de calcular el reparto de la carga por países

BRUSELAS, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los ministros de Medio Ambiente de los Veintisiete acordaron hoy por unanimidad que la Unión Europea reduzca unilateralmente un 20% de sus emisiones de efecto invernadero en 2020, un porcentaje que se aumentaría al 30% si el resto de países industrializados, empezando por Estados Unidos, se suman a un acuerdo internacional contra el cambio climático.

El compromiso será ratificado por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la cumbre de primavera que se celebrará los días 8 y 9 de marzo en Bruselas. El ministro alemán de Medio Ambiente y presidente de turno del Consejo, Sigmar Gabriel, destacó que se trata de una "decisión histórica" que envía un "mensaje claro" a la comunidad internacional y a los inversores sobre el compromiso de la UE en la lucha contra el cambio climático.

"Incluso en el caso improbable de que fracasaran las negociaciones internacionales sobre el cambio climático, la UE seguiría defendiendo su objetivo", insistió Gabriel.

Por su parte, el comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas, aseguró que la decisión de la UE "supondrá un impulso para lograr un acuerdo internacional que impida que el cambio climático alcance niveles peligrosos". Los objetivos acordados por los Veintisiete son, según Dimas, "necesarios" para contener el aumento global de temperaturas a dos grados centígrados.

"Había un bloqueo internacional por saber quién se mueve primero. Nosotros nos hemos movido primero y mostramos al resto de países el camino correcto", recalcó Dimas, que exigió que este mismo año se inicien las negociaciones internacionales para fijar objetivos globales de reducción de emisiones tras 2012 con vistas a alcanzar un acuerdo en 2009.

Los ministros lograron finalmente vencer las reticencias de Polonia, Hungría y Finlandia, que eran los Estados miembros más reticentes a que la UE asuma de manera unilateral un objetivo de reducción antes de saber si Estados Unidos, India y China se sumarán a un acuerdo internacional cuando venza el protocolo de Kioto.

Para lograr el consenso, los responsables de Medio Ambiente evitaron mencionar los criterios que se utilizarán a la hora de repartir esta reducción del 20% entre los Estados miembros de la UE. España pedía que se tuviera en cuenta el criterio de las emisiones per cápita, algo que rechazaban los países de la ampliación, que querían una referencia a los esfuerzos ya realizados.

Finalmente, las conclusiones señalan que habrá un "enfoque diferenciado" sobre las contribuciones de cada Estado miembro teniendo en cuenta "circunstancias nacionales" y los diferentes años de referencia de los nuevos socios. Se invita a la Comisión a iniciar de inmediato, en cooperación con las capitales, un análisis técnico de los criterios que se tendrán en cuenta, "incluyendo parámetros socioeconómicos y otros parámetros relevantes y comparables".

EMISIONES PER CÁPITA

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, volvió a reclamar al término del Consejo que se tenga en cuenta el criterio de emisiones per cápita a la hora de calcular el reparto por países del recorte del 20% en las emisiones de efecto invernadero ya que de esta forma España tendrá que asumir un esfuerzo menor que los Estados miembros con emisiones per cápita más elevadas.

En la actualidad, el protocolo de Kioto prevé para la UE un recorte del 8% de las emisiones en el periodo 2008-2012 respecto a los valores de 1990, pero el acuerdo interno fijado dentro de la Unión permite a España aumentarlas un 15% durante este periodo.

Narbona insistió en que cualquier análisis comparativo "sitúa a España en términos comparativos en una posición más limpia que otros grandes países europeos". "Todavía hay en la UE países que tienen emisiones que multiplican por tres las que tiene España. Lógicamente, a la hora de distribuir las cargas de un acuerdo global, eso yo entiendo que debe de considerarse", dijo la ministra de Medio Ambiente, que señaló que todavía es "prematuro" pronunciarse sobre el recorte que deberá asumir España.

Subrayó no obstante que el criterio de equidad y de emisiones per cápita debe tenerse en cuenta "no sólo dentro de la UE" sino también cuando se negocien "acuerdos a escala internacional con los grandes países emergentes". "Mientras haya diferencias inmensas entre las emisiones per cápita de un chino o un indio y de un habitante de un país europeo será muy difícil pedirles que limiten sus emisiones", recalcó Narbona.

Asimismo, subrayó que el acuerdo final reconoce "el valor de la biodiversidad y en especial de los bosques como sumideros de gases de efecto invernadero", lo que para España es una "cuestión relevante" porque ayuda también a "neutralizar las emisiones de gases de efecto invernadero".

AVIACIÓN Y COCHES

Los ministros de Medio Ambiente examinaron también la contribución de dos sectores concretos, la aviación y los coches, a la lucha contra el cambio climático. En cuanto a la aviación, los Veintisiete respaldaron la propuesta del Ejecutivo comunitario de incluirla en el sistema de comercio de emisiones, lo que supondrá imponer topes de emisiones a las aerolíneas a partir de 2011.

España defendió que la decisión se retrase a 2013, una propuesta que sólo fue respaldada por Polonia. El resto de países exigieron que se incluyan al mismo tiempo en el mercado todos los vuelos con origen y destino en territorio comunitario, frente a la propuesta en dos etapas de Bruselas, que pretendía incluir en 2011 los vuelos intracomunitarios y dar un año más de plazo a los que tuvieran su punto de origen o destino fuera de la UE.

Los ministros de Medio Ambiente apoyaron también de manera unánime la propuesta de la Comisión de limitar por ley las emisiones de CO2 de los coches ante la evidencia de que los acuerdos voluntarios con la industria se están incumpliendo. En cuanto a las cifras, la mayoría se mostraron de acuerdo con el objetivo de 130 gramos por kilómetro en 2012, aunque señalaron que están a la espera de conocer el estudio de impacto que debe realizar Bruselas antes de pronunciarse por una cifra determinada.

Dinamarca, Irlanda, Italia y Países Bajos se mostraron a favor de imponer a la industria automovilística un objetivo "más ambicioso" de 120 gramos por kilómetro, mientras que el resto respaldaron el enfoque integrado que propone Bruselas con 130 gramos para la industria y 10 gramos de reducción adicional con el uso de biocarburantes y los sistemas de neumático y aire acondicionado. España defendió que los objetivos se apliquen a todos los coches comercializados en la UE para evitar discriminaciones que perjudiquen a los fabricantes europeos.