Benedicto XVI y Bartolomeo I denuncian el asesinato de inocentes en nombre de Dios y apuntan a la libertad religiosa como criterio de entrada en la UE
ESTAMBUL (TURQUIA), 30 (por Ildefonso González EUROPA PRESS)
El Papa Benedicto XVI rezó hoy durante un minuto en la Mezquita de Sultanhamet, en el centro histórico de Estambul, apenas un día después de que la red terrorista Al Qaeda valorase que su viaje oficial a Turquía "forma parte de la campaña de los cruzados contra el Islam" y a pocas horas de que oficie una Misa con la que pondrá fin a su estancia en este país de mayoría musulmana.
Entre los medios de comunicación locales hubo división de opiniones: mientras que para unos está claro que el Pontífice oró, para otros sólo se trató de un momento de recogimiento. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, destacó que fue más bien lo segundo. "En frente a la mihrab, en la Mezquita Azul, el Papa se detuvo en meditación y seguramente ha dirigido a Dios su pensamiento", indicó, agregando que Benedicto XVI le agradeció después al muftí dicho "momento de oración".
Con su visita a Sultanhamet, Benedicto XVI se ha convertido además en el segundo Papa que entra en una mezquita y reza en ella, después de que su antecesor Juan Pablo II lo hiciera en Damasco en 2001. Su Santidad llegó a pie a la Mezquita de Sultanhamet --conocida popularmente como "Mezquita Azul" por sus azulejos blancos y azules-- pasadas las 17:40 --hora local-- (una hora menos en España). A la entrada, el Papa fue descalzado por sus ayudantes siguiendo la tradición musulmana.
En calcetines blancos y siempre junto al gran muftí, el Papa recorrió su interior y atendió con sumo interés las explicaciones que éste le iba dando en turco y que después le eran traducidas al italiano. Çagrici le instruyó además sobre cómo se realizaba la oración musulmana de los viernes.
Después, ambos se detuvieron y, mirando hacia La Meca, rezaron de pie y en silencio durante alrededor de un minuto. El Papa susurraba con la vista al frente y una mano sobre la otra a la altura del estómago, mientras su acompañante hacía lo mismo.
El Papa arribó a la "Mezquita Azul" procedente del Museo de Santa Sofía, en cuyo interior había permanecido media hora. Ambos monumentos se encuentran a un escaso centenar de metros uno de otro, separados únicamente por la Plaza del Hipódromo.
El Pontífice ingresó en el Museo a las 17:05 hora local (una hora menos en la España peninsular), pasó por la Puerta Real y escuchó con mucha atención las explicaciones que le iban haciendo en italiano varios guías, entre ellos el presidente del Museo. Media hora después, salió de Santa Sofía, que antes de pasar a convertirse en Museo en 1935 había sido una basílica cristiana hasta 1453, momento en que los turco-otomanos entraron en Constantinopla y la convirtieron en una mezquita.
Las manifestaciones que han tenido lugar durante los últimos días en Turquía contra el viaje del Papa se han centrado en la exigencia de que Benedicto XVI no visitase Santa Sofía y mucho menos rezase en su interior, ya que para ellos debería volver a ser una mezquita. Hace ocho días, simpatizantes del Partido de la Gran Unidad (BBP, de tendencia islámico-nacionalista) vinculados al grupo terrorista "Lobos Grises" --al que perteneció Alí Agca en su juventud--, ocupó Santa Sofía por este motivo.
Hoy las protestas continuaron. Un centenar de personas también próximas al BBP exigieron esta mañana a Su Santidad que se volviese a su casa. Horas después, las autoridades detuvieron a ocho personas que intentaban celebrar una demostración no autorizada en Estambul, informó la agencia Anatolia.
RELIGION Y VIOLENCIA
Por la mañana, Benedicto XVI se había reunido de nuevo con el Patriarca Ecuménico, Bartolomeo I, para celebrar una "Divina Liturgia" coincidiendo con la festividad de San Andrés y firmar una valiosa declaración ecuménica conjunta. Ambos no dudaron en arremeter contra el radicalismo religioso, estimando, sin referirse directamente al Islam, que "matar a inocentes en el nombre de Dios es una ofensa hacia Él y hacia la dignidad humana". En este sentido, hicieron un llamamiento a la paz en Oriente Próximo, "donde nuestro Señor vivió, sufrió, murió y resucitó, y donde vive, desde hace tantos siglos, una multitud de hermanos cristianos".
"Deseamos ardientemente que sea restablecida la paz en esta tierra, que se refuerce la coexistencia cordial entre sus diversas poblaciones, entre las Iglesias y entre las distintas religiones que allí se encuentran. Por ello, animamos al establecimiento de relaciones más estrechas entre los cristianos y de un diálogo interreligioso auténtico y leal, de cara a luchar contra cualquier forma de violencia y de discriminación", indicaron.
UNION CATOLICO-ORTODOXA
Todo el documento constituye un llamamiento a que las dos iglesias, la católica y la ortodoxa, actúen juntas en multitud de frentes, fundamentalmente llevando el Evangelio al mundo occidental, donde no se puede "ignorar el aumento de la secularización, el relativismo y el nihilismo".
Por otra parte, se manifiesta la "profunda alegría" de ambas iglesias por la "recuperación del diálogo teológico". Sin embargo, la declaración reconoce que aún queda mucho camino por recorrer y apela a la ayuda del Espíritu Santo para "preparar el gran día del restablecimiento de la plena unidad, cuándo y cómo Dios quiera".
Antes de rubricar el documento, el Papa había calificado como un "escándalo para el mundo" y un "obstáculo para la proclamación del Evangelo" la división entre los cristianos de Oriente y de Occidente. "La Iglesia Católica está dispuesta a hacer todo lo posible para superar los obstáculos y buscar los medios eficaces para la comunión", opinó el Pontífice.
UE Y TURQUIA
Por otra parte, la declaración valora "positivamente" el "camino hacia la formación de la Unión Europea", a la que califica de "gran iniciativa. Sin embargo, en una velada alusión al eventual ingreso de Turquía en el 'club comunitario', recuerda que el principal requisito para admitir a un Estado como miembro es que respete "todos los aspectos que afectan a la persona humana y sus derechos inalienables", sobre todo la libertad religiosa, testigo y garantía del respeto de cualquier otra libertad"."En cada iniciativa de unificación, los minorías deben estar protegidas, con sus tradiciones culturales y sus especificidades religiosas", señala.
Acto seguido, el texto exige que el Viejo Continente conserve sus "raíces, tradiciones y valores cristianos", en una clara referencia a que cualquier futura Constitución Europea reconozca la importancia de la religión cristiana. "En Europa, permaneciendo abiertos a otras religiones y a su contribución a la cultura, debemos unir nuestros esfuerzos para preservar las raíces, las tradiciones y los valores cristianos, para asegurar el respeto de la historia, así como para contribuir a la cultura de la futura Europa, a la calidad de las relaciones humanas a todos los niveles", considera.
GENOCIDIO ARMENIO
El Papa concluyó la jornada con varios encuentros más con líderes de otras iglesias. En un saludo al Patriarca Armenio Mesrob II durante una visita de oración en la Catedral Armenia Apostólica de Estambul, Benedicto XVI recordó el genocidio armenio cometido por el Imperio Otomano durante la I Guerra Mundial, un hecho histórico que el actual Gobierno de Turquía no reconoce y por el que mantiene una agria disputa con Francia.
Tras su reunión con Mesrob II, Su Santidad recibió en la sede de la Nunciatura Apostólica al metropolita sirio-ortodoxo, Filuksinos Yusuf Çetin, y al gran rabino de Turquía, Isak Haleva. Después, mantuvo una cena entre miembros de la Conferencia Episcopal de este país.