MATALE (SRI LANKA), 19 (Reuters/EP)
Una fosa común con al menos 59 cuerpos, que podrían pertenecer a víctimas olvidadas de la violencia fruto las insurgencias que conoció el país a partir de la década de los 70 y que acabaron con la vida de 150.000 personas, ha sido descubierta en Matale, un pueblo a 142 kilómetros de la capital de Sri Lanka, Colombo.
"No podemos decir exactamente cuándo fueron enterrados. Podrían ser personas desaparecidas", ha declarado el médico forense del hospital cercano a la fosa, Ajith Jayasena, utilizando un eufemismo para referirse a las personas víctimas de la violencia política. "Es mejor que investiguemos esto a fondo. Eso es lo más importante", ha añadido.
La zona de 125 metros cuadrados está acordonada por la Policía que vigila el lugar durante las 24 horas del día, y que supervisa las excavaciones junto con los médicos forenses.
"Creemos que esto es de la insurgencia de 1989", ha manifestado uno de los habitantes de la zona, que no ha querido dar su nombre debido a lo delicado del asunto. "Había una unidad del Ejército a un kilómetro del pueblo", ha explicado. Sin embargo, otros residentes de la zona creen que los cuerpos podrían ser de las víctimas de un deslizamiento de tierra que tuvo lugar en la década de los 40 o de una epidemia de viruela. El portavoz de la Policía, Priyashantha Jayakody, ha anunciado que aún es muy pronto para poder decir algo al respecto.
Los esqueletos desenterrados, que aún no han sido examinados, están cubiertos con fundas de plástico. Según un trabajador del hospital que ha estado en el lugar de la excavación desde que ésta comenzó, el pasado 27 de noviembre, algunos cuerpos fueron enterrados individualmente mientras que otros fueron enterrados en grupo.
Políticos y funcionarios han pedido que se abra una investigación a un Gobierno presionado por Naciones Unidas para que aborde los problemas de Derechos Humanos existentes en el país así como las muertes de miles de civiles durante los meses finales de un conflicto de tres décadas con la minoría tamil, en el año 2009.
El Gobierno de Sri Lanka ha sido condenado por las organizaciones de Derechos Humanos por no investigar correctamente los supuestos crímenes de guerra. El Ejecutivo, por su parte, ha negado todas las acusaciones de violación de derechos.
Amnistía Internacional (AI) ha pedido que se lleve a cabo una investigación exhaustiva. "Otras fosas comunes halladas en Sri Lanka han descubierto los restos de personas que supuestamente fueron víctmas de desapariciones forzosas y sus exhumaciones no se han llevado siempre a cabo con el cuidado necesario", ha expresado la subdirectora de AI en Asia Pacífico, Polly Truscott.
El Janatha Vimukthi Peremuna (JVP), o Frente de Liberación del Pueblo, un grupo de rebeldes marxistas que en 1971 inició una insurgencia contra el Gobierno ahora reconvertido en partido político, también ha solicitado que se abra una investigación. "Este incidente no debe ser enterrado en el tiempo y el olvido", ha señalado el JVP en un comunicado
La guerra contra los separatistas tamiles comenzó en 1983 y los combates se desarrollaron principalmente en las áreas tamiles del norte y el este de Sri Lanka. La insurgencia fue eliminada por el Gobierno con un alto número de víctimas en ambos bandos y con numerosas acusaciones de violación de derechos. Naciones Unidas comunicó en marzo en un informe sobre desapariciones que en total más de 5.600 personas fueron dadas por desaparecidas en el país.