BEIRUT, 14 Oct. (Reuters/EP) -
Dos oficiales de alto rango de las Fuerzas de Seguridad de Siria han sido despedidos en respuesta, según El Observatorio Siro de los Derechos Humanos, a las protestas de los partidarios del Gobierno por la muerte de 41 niños en un atentado en la ciudad de Homs.
El director del Comité de Seguridad, el general Jamil Ahmad, y jefe de la Inteligencia Militar, Abdulkarim Salum, han sido apartados de sus puestos sin explicación oficial.
No es habitual que las demandas populares sean escuchadas en Siria, pero muchos ciudadanos, que hasta el momento apoyaban al Gobierno, están empezando a mostrar públicamente su indignación.
El pasado 1 de octubre, 41 niños perdieron la vida en un doble atentado suicida en una escuela del barrio de Akramá. Durante los siguientes días, los residentes del barrio, la mayoría partidarios del presidente Bashar al Asad, han exigido la renuncia de altos cargos de los Servicios de Seguridad y han criticado a los medios de comunicación estatales por no reconocer que en los últimos ataques se han producido un elevado número de muertos y desaparecidos entre los leales al régimen.
"La gente no puede tolerar este tipo de comportamiento en absoluto y más porque ahora estamos hablando de derramar la sangre de los niños", ha denunciado un residente de Homs que perdió en el atentado a un familiar.
Según el director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, Rami Abdulráman, la destitución de estos dos altos mandos puede marcar el inicio de varios cambios de personal. "Han sido despedidos en respuesta a la presión de la comunidad leal al régimen, que han estado acusando al Gobierno de tener un temerario desprecio por sus vidas", ha dicho.
"Además, las autoridades están considerando la destitución del gobernador de Homs y de la director de los medios de comunicación estatales, Luna al Shibl", ha añadido.
PROTESTAS DE LOS LEALES AL RÉGIMEN
Aunque no es habitual que los partidarios del Gobierno de Al Asad muestren sus protestas de forma pública, los leales han aumentado su presión sobre el régimen desde se perdió el control de la base aérea de Tabqa el pasado mes de agosto, ahora bajo el control del Estado Islámico.
Las familias de los soldados de la base denunciaron que más de un centenar de sus parientes fueron olvidados y se les ha dejado morir, sin realizar ningún intento por salvar sus vidas.
En un vídeo publicado por el Estado Islámico se podían ver los cuerpos de decenas de hombres, supuestamente soldados sirios capturados, acostados boca abajo y en ropa interior.
Aunque no se pudo verificar de forma independiente la autenticidad de las imágenes, el Observatorio sirio ha confirmado la muerte de al menos 120 soldados. Además muchos familiares han identificado entre las imágenes a sus seres queridos.
