YUBA, 2 Nov. (Reuters/EP) -
Las fuerzas de seguridad de Sudán del Sur han anunciado este miércoles que han detenido al menos a diecisiete personas, la mayoría militares, por estar presuntamente relacionados con una serie de crímenes de guerra que se produjeron en julio durante un ataque contra el Hotel Terrain en Yuba, la capital del país.
Según ha informado Martinson Mathew Otorumoi, al frente de la investigación llevada a cabo por el Gobierno sobre lo sucedido en Terrain, entre 50 y 100 militares participaron en el ataque, que tuvo lugar en el marco de los enfrentamientos entre los partidarios del presidente sursudanés, Salva Kiir, y del antiguo líder rebelde, Riek Machar.
La investigación independiente realizada por la ONU ha concluido que los civiles que se encontraban en el hotel, así como varios trabajadores humanitarios, fueron víctimas de intimidación, violencia sexual y tortura.
Otorumoi ha indicado que la investigación ha revelado que se produjeron casos de violación, asesinato, saqueo y vandalismo. Al menos ocho personas han sido detenidas por haber abusado sexualmente de los civiles que se encontraban en la zona, según ha informado Otorumoi.
"Un tribunal especial debe encargarse de juzgar a los sospechosos de haber participado en los actos cometidos en Terrain", ha aseverado Otorumoi. "Dado que la mayoría de los sospechosos son miembros del Ejército, el comité de investigación ha propuesto que el tribunal sea de carácter castrense", ha añadido.
Los enfrentamientos entre las diferentes facciones se reanudaron en julio en Yuba, donde se saldaron con la muerte de 300 personas y el desplazamiento interno de miles de sursudaneses en apenas unos días.
La rivalidad política entre ambos grupos desembocó en 2013 en una guerra civil de carácter étnico. A pesar de que Kiir y Machar firmaron un acuerdo de paz en agosto de 2015, la tregua en el país ha sido vulnerada en reiteradas ocasiones.
Machar, que fue expulsado de la Vicepresidencia antes de que estallara el conflicto en 2013, recuperó su puesto a principios de este año. Sin embargo, en julio volvió a salir del país y fue reemplazado.
La investigación de la ONU muestra el fracaso de la misión de la organización en Sudán del Sur (UNMISS), que fue incapaz de facilitar la protección de la población civil por parte de los 'cascos azules' durante el último estallido de violencia en Yuba.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, pidió este martes el cese del jefe de la misión, el keniano Johnson Mogoa Kimani Ondieki, debido a las "graves deficiencias" registradas y a la pasividad a la hora de actuar ante el estallido de violencia en el país.
