Archivo - Vladimir Putin y Xi Jinping, en una videoconferencia - -/dpa - Archivo
"Hay otros mirando, otros observando cómo respondemos", advirtió el pasado viernes el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en una rueda de prensa en Melbourne junto a los ministros de Exteriores de Australia, India y Japón. Sin decirlo directamente, ese "otros" parecía aludir a China.
No en vano, Pekín ya ha endurecido su control sobre Hong Kong en estos últimos años y fuentes de la Administración Biden citadas por la agencia Bloomberg dan por hecho que ahora observa lo que pasa en Europa para sopesar futuras aventuras expansionistas. Uno de los mantras más repetidos por las autoridades estadounidenses en estos últimos meses es el de la unidad, tanto dentro de la OTAN como con aliados externos.
VIGILANCIA DESDE ASIA
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing Wen, ordenó la semana pasada al Gobierno la creación de un comité específico para examinar las tensiones en torno a Ucrania, entendiendo que puede tener impacto también en la seguridad de la isla asiática. Tsai aprovechó para recordar que también Taiwán se enfrenta a una intimidación constante, según la agencia oficial.
El Ministerio de Exteriores taiwanés, que ha instado a todos los ciudadanos a salir de Ucrania, ha enfatizado su oposición a "cualquier acción unilateral que, mediante la fuerza, altere el 'statu quo' de la región", con un añadido en favor del diálogo y la diplomacia para tratar de relajar las tensiones.
La prensa oficial china, entretanto, descarta cualquier comparativa entre Ucrania y Taiwán y acusa por boca de varios expertos a Estados Unidos de azuzar el conflicto con fines propagandísticos. El subdirector del Centro de Estudios Estadounidenses de la Universidad de Fudan, Xin Qiang, ha afirmado en 'The Global Times' que las autoridades taiwanesas temen que Washington pueda centrarse en otros asuntos.
No obstante, Pekín se ha posicionado claramente del lado de Moscú en la crisis ucraniana, como quedó de manifiesto en una simbólica reunión el 4 de febrero entre el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo ruso, Vladimir Putin. Ambos coincidieron con motivo del arranque de los Juegos Olímpicos y aprovecharon para dejar clara su alianza.
Al término del encuentro, difundieron un comunicado contundente en el que, entre otros mensajes, lanzaban uno en contra de la expansión de la OTAN en el este de Europa, reivindicación clave de Moscú. Putin ha reclamado a la Alianza Atlántica que frene su ampliación cerca de las fronteras rusas y, junto a Xi, abogó por pasar página a los "enfoques ideologizados de la Guerra Fría".
El presidente de la consultora Eurasia Group, Ian Bremmer, apuntó en un reciente entrevisra con la cadena CNBC que China no ha estado "especialmente activa" en las turbulencias en Europa, al margen del mensaje común de Putin y Xi, y no cree tampoco que una hipotética invasión rusa sobre Ucrania suponga el detonante de otros movimientos en Asia.
En este sentido, señaló que "la Administración Biden ha enviado constantemente el mensaje de que Taiwán no es Afganistán, que no es Ucrania", y "los líderes chinos han recibido el mensaje". Entre los analistas cunde la idea de que, en una partida de ajedrez a gran escala, la pieza taiwanesa tiene más valor para Washington que la ucraniana.