CIUDAD DEL CABO, 19 Jul. (Reuters/EP) -
El Ejército de Sudáfrica se ha desplegado este viernes en Ciudad del Cabo, tal y como anunció el Gobierno la semana pasada, con el propósito de combatir la violencia desatada por las pandillas.
Unas 2.000 personas han muerto en lo que va de año en los barrios empobrecidos de Ciudad del Cabo hasta el punto de que las autoridades provinciales los califican ya de "zona de guerra".
"La Fuerza de Defensa Nacional desplegará un batallón con elementos de apoyo durante la 'Operación Prosperidad'", anunció el Ministerio de Defensa en un comunicado.
El despliegue militar, que se prolongará al menos hasta octubre, comenzó el jueves en una barriada chabolista conocida como Cape Flats, donde los altos niveles de desempleo y drogadicción han alimentado la actividad criminal.
"Durante una hora y media han acordonado algunas calles y registrado casas", ha dicho Kader Jacobs, líder de un grupo de patrulla vecinal que vela por la seguridad de la comunidad de Manenberg.
"Creo que la gente esperaba que el Ejército estuviera aquí al menos entre ocho y doce horas, no en una breve visita de hora y media tras la cual se han ido", se ha quejado.
Según un cámara de Reuters, el convoy militar, formado por vehículos blindados y unos 200 soldados, se ha trasladado de Manenberg a otro punto caliente de Ciudad del Cabo, Hanover Park.
El despliegue militar se decidió tras una visita del ministro de Policía, Bheki Cele, a Philippi, otra barriada chabolista en la que en el último mes han muerto casi una decena de personas a causa de la violencia criminal.
Hogar de algunos de los principales atractivos turísticos de Sudáfrica, como Robben Island y Table Mountain, Ciudad del Cabo ostenta también una de las tasas de homicidios más altas del país.
Al igual que en Los Angeles, hay una arraigada cultura de pandillas con miles de jóvenes patrullando sus calles en nombre de 'Hard Living' o 'Young Americans'.
Pese a ello, los analistas creen que desplegar al Ejército, algo que ya ocurre en periodos festivos como Navidad, cuando la criminalidad se dispara, no es la solución. "Es una respuesta a corto plazo", ha dicho Gareth Newham, del Instituto de Estudios sobre Seguridad de Pretoria.
