MANILA 16 Jul. (EP/AP) -
El jefe del Estado Mayor del Ejército filipino, Hermogenes Esperon, pidió hoy la reanudación de las conversaciones de paz con los rebeldes comunistas y aseguró que está dispuesto a firmar un alto el fuego de tres años. Esperon recomendó a la presidenta del país, Gloria Macapagal Arroyo, reactivar el proceso de paz a pesar de que las guerrillas comunistas anunciaron ayer una intensificación de los ataques.
Aunque Esperon lanzó esta oferta de diálogo a los líderes políticos rebeldes también culpó a la guerrilla del Nuevo Ejército del Pueblo (NEP) y del Partido Comunista, de los asesinatos de activistas de izquierda en una aparente purga interna.
Grupos de izquierda y de defensa de los Derechos Humanos responsabilizan a las fuerzas de seguridad de estas muertes y aseguran que las víctimas eran, en su mayoría, miembros de organizaciones de izquierda. Karapatan, una ONG local, cifra en más de 800 los muertos por la violencia política desde 2001; más de la mitad eran activistas de izquierda. Además, otros 200 fueron secuestrados o permanecen desaparecidos, según esta fuente.
Esperon rechazó estas acusaciones y afirmó que son injustas, ya que, según él, el Ejército no "etiqueta arbitrariamente" a los grupos de izquierda como frentes de los rebeldes comunistas y aseguró que el Ejército no tiene por política considerar objetivo a los civiles.
Los rebeldes, que combaten en el país desde hace 39 años, abandonaron las negociaciones, auspiciadas por Noruega, en 2004 tras acusar al Gobierno de intentar que Estados Unidos y la Unión Europea les incluyeran en sus listas de organizaciones terroristas.