Filipinas.- El PCF exige el fin de los asesinatos y su retirada de las listas terroristas para reiniciar conversaciones

Europa Press Internacional
Actualizado: martes, 17 julio 2007 12:54

MANILA 17 Jul. (EP/AP) -

Los rebeldes del Partido Comunista Filipino (PCF) comunicaron hoy que están dispuestos a reanudar las conversaciones de paz pero que el gobierno debe parar primero de asesinar y secuestrar a los activistas de izquierdas y ayudar a que el Partido Comunista sea eliminado de las listas de organizaciones terroristas, al mísmo tiempo que rechazaron un posible alto el fuego inmediato.

Los rebeldes arremetieron contra la propuesta del jefe del Ejército filipino, el general Hermogenes Esperon, para la reanudación de las conversaciones calificándolo como "propaganda barata" y denunciando que pretende acabar con el movimiento comunista sin tratar las causas que originaron el conflicto. "Sólo quiere la pacificación del movimiento revolucionario", afirmó el director del Frente Democrático Nacional (FDN), Luis Jalandoni, representante del Partido Comunista de Filipinas (CCP) en el exilio.

Jalandoni indicó que los rebeldes están "abiertos para comenzar las conversaciones de tanteo" dirigidas a tratar el asunto de los asesinatos y secuestros de activistas de izquierdas, la "injusta inclusión en listas de terroristas" del Partido Comunista de Filipinas y de su brazo armado, el Nuevo Ejército Popular, así como decidir una declaración conjunta de principios. Pero Jalandoni advirtió de que sólo se declarará un alto el fuego después de las conversaciones preliminares, cuando las dos partes alcancen un acuerdo para las reformas fundamentales de las negociaciones.

El fundador del Partido Comunista, José María Sison, también manifestó que las conversaciones sólo podrán ser retomadas si el Gobierno se compromete a terminar con las ejecuciones extrajudiciales y con la inclusión de su partido como terrorista así como a indemnizar a las víctimas de violaciones de los Derechos Humanos bajo el Gobierno del ex dictador Ferdinand Marcos.

Los grupos de defensa de los Derechos Humanos y los activistas de izquierdas culpan a las fuerzas de seguridad de los asesinatos, y denuncian que más de 800 víctimas desde 2001 pertenecían a listas vinculadas a la izquierda. Un enviado especial de las Naciones Unidas también señaló a las fuerzas de seguridad filipinas de dichos abusos.

Esperon recomendó ayer que las dos partes retomaran las conversaciones, que se rompieron en 2004 cuando los rebeldes acusaron al gobierno de promocionar su inclusión en las listas de organizaciones terroristas de Estados Unidos y Europa.

El jefe militar tachó de falsas las denuncias de los grupos de Derechos Humanos y acusó a los rebeldes de matar a más de 1.300 personas en los últimos años. El general también comentó que después de investigar se encontró que 14 soldados estaban involucrados en sólo seis casos, y que los otros asesinatos aparentemente no tenían nada que ver con los militares. "Aunque tengamos el poder para aplastar a la insurgencia por la fuerza antes de 2010, existe otra manera de hacerlo, las negociaciones de paz", concluyó.

Mientras, las tropas del Ejército filipino se enfrentaron con unos 20 guerrilleros comunistas durante unos 45 minutos en la isla de Catanduanes (este de Filipinas) y murieron tres rebeldes y otros dos resultaron heridos. Un soldado fue herido levemente según informó el general Arsenio Arugay.

Contenido patrocinado