JERUSALÉN, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
El fiscal general del Estado israelí, Meni Mazuz, notificó hoy al presidente del país, Moshe Katsav, su intención de presentar cargos formales contra él por violación, acoso sexual y abuso de poder.
No obstante, la decisión final sobre su acusación se tomará después de que Katsav tenga la oportunidad de presentar su caso. Si es condenado, sería el primer presidente que es acusado de un crimen en el momento en que se encontraba ocupando la jefatura del Estado.
La decisión de Mazuz llega unos días antes de que las autoridades decidiera abrir una investigación criminal por la presunta implicación del primer ministro, Ehud Olmert, en la venta de un banco estatal en 2005. Otros políticos de alto nivel también han sido implicados en otros escándalos en los últimos meses.
Hasta ahora, Katsav ha negado sus cargos y hoy aseguró que no tiene intenciones de dimitir, según informó el Canal 10. En total, cuatro mujeres que trabajaron con él durante su mandato como presidente y como ministro, años antes, presentaron denuncias por acoso o violación. Mientras, Katsav asegura que es víctima de una conspiración orquestada por sus enemigos políticos.
La oficina de Mazuz emitió hoy un comunicado en el que aseguraba que había recogido suficientes pruebas para apoyar una acusación contra Katsav con los cargos de violación, acoso sexual, relaciones sexuales mediante abuso de poder, obstrucción de la justicia y aceptación ilegal de regales.
El presidente goza de inmunidad mientras permanezca en su puesto y sólo puede ser juzgado después de su dimisión o cuando finalice su mandato, a finales de este año. Sus abogados han asegurado que dimitiría si es acusado formalmente. Sin embargo, Mazuz no recomendó que Katsav sea acusado en relación a grabaciones ilegales y venta de indultos. "Creo que al final las cosas se aclararán, y no creo que sea lo anunciado hoy", explicó un amigo de Katsav, David Mena, al Canal 2 de televisión. "Estoy seguro de que la acusación será relajada", agregó.
El predecesor de Katsav, Ezer Weizman, dimitió en el año 2000, poco antes de que finalizara su mandato, después de que el fiscal general mostrara que aceptó más de 300.000 dólares en regalos de un millonario francés. Sin embargo, no fue acusado nunca.
