PARIS, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Polonia, Lech Kaczynski, se declaró hoy "muy optimista" sobre las posibilidades de que salga adelante el Tratado de reforma que los 27 tendrán que ratificar en Lisboa la próxima semana y que supondrá el acta de defunción definitiva de la fallida Constitución europea.
Kaczynski, que se entrevistó hoy en París con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y con otros miembros del Gobierno, declaró luego a la prensa que tanto el presidente francés como él eran "muy optimistas". "Las cuestiones que quedan pendientes son detalles", añadió el presidente polaco.
Varsovia es la principal incógnita para cerrar el texto porque quiere mantener su capacidad de bloqueo para aplazar acuerdos y pide ahora más presencia en el Tribunal de Luxemburgo. Además, la inminencia de las elecciones, el próximo 21 de octubre, han hecho temer a Bruselas un endurecimiento de las exigencias polacas a pesar de que el texto ha recibido ya el visto bueno de los juristas.
Kaczynski admitió hoy en la capital francesa que hubiera preferido que la cumbre de Lisboa no estuviera tan cerca de los comicios polacos pero dio a entender que su país no bloqueará la ratificación del Tratado y situó entre el 95 y el 98% las probabilidades de que salga adelante. "Estoy --dijo-- profundamente convencido de que lograremos un acuerdo razonable".
Por otro lado, el presidente polaco y Sarkozy repasaron el estado de las relaciones bilaterales, que se enfriaron sensiblemente durante la última etapa de Jacques Chirac, quien afeó la conducta de Polonia y otros países del Este por alinearse con Estados Unidos en la guerra de Irak.
Hoy, Sarkozy propuso a su homólogo polaco un acuerdo bilateral para reforzar la cooperación franco-polaca en materia energética, agrícola y económica, una propuesta que el presidente polaco juzgó "realmente interesante".
NUEVAS ALIANZAS
La prensa francesa interpreta la visita de hoy y el reciente viaje del presidente galo a Sofia, donde se definió a sí mismo como un hombre "mitad europeo del Este", como un paso más hacia la forja de nuevas alianzas en el Este de Europa antes de que Francia asuma las riendas de la Unión Europea, a partir de junio de 2008 y buscar aliados "más allá de su tradicional círculo de amigos".
El interés de Sarkozy por los nuevos socios europeos es, por tanto, algo más que "sentimental", según Le Monde, que enmarca los gestos del presidente en la perspectiva de la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que celebrarán los 27 la próxima semana en Lisboa, donde tendrán que ponerse de acuerdo sobre el nuevo Tratado de reforma para que sea una realidad a finales de año. "Si se quiere relanzar Europa, se deben buscar nuevas coaliciones", sostienen medios próximos a Sarkozy.