El candidato conservador emplaza a todos los franceses a unirse a él para construir una Francia fraternal y del pleno empleo
PARÍS, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
El candidato de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Nicolas Sarkozy, agradeció hoy en su primera intervención tras el cierre de las urnas de la primera vuelta de las presidenciales francesas, el apoyo prestado por 11 millones de votantes.
Sarkozy, que compareció ante una enfervorecida multitud de seguidores, volvió a mostrar su perfil de estadista e incidió en un dato, los once millones de franceses que, según él, han escogido su papeleta. "Once millones de franceses me han dado su confianza y yo haré todo lo posible para estar a su altura", afirmó.
El candidato de la UMP parafraseó al activista pro-derechos civiles Martin Luther King y dijo tener un sueño, tener un sueño de una Francia fraternal en la que todos se sientan incluidos. "La Francia con la que yo sueño es una Francia que no dejará a nadie atrás, será una familia en la que los más débiles y vulnerables tendrán derecho a tanto amor, a tanto respeto y atención como los más fuertes", explicó.
"Durante la campaña he querido dirigirme a todos los franceses y he hablados a todos los franceses, también a quienes nadie hablaba: trabajadores, obreros, empleados, artesanos, agricultores,... La Francia que da tanto y que nunca recibe nada. Que está desesperada, sufre, que está en los barrios problemáticos. A todos ellos les he querido meter en el centro de los valores de la identidad de la nación, de la autoridad, del trabajo y el mérito", prosiguió Sarkozy.
"He querido hablar de moral, he propuesto una revolución del trabajo y he dicho que mi prioridad es dar a cada uno los medios para lograr sus sueños, realizar sus ambiciones, lograr en su vida este principio será el fundamento de mi política. Cualesquiera que sean los obstáculos nunca renunciaré a esto, nunca renegaré de esto. Estoy totalmente convencido de que Francia, su prosperidad, su lugar en el mundo, depende de la felicidad de los franceses", prometió.
El líder conservador hizo una referencia directa a la segunda vuelta. "Quedan días para la segunda vuelta, y a todos los franceses que tienen miedo al futuro, que se sientan frágiles, vulnerables, que es dura la vida, a todos ellos les quiero decir que les quiero proteger de la violencia; pero también contra la competencia desleal, contra la degradación de sus condiciones de vida, la exclusión social", dijo.
"Quiero hablarles de protección sin ser acusado de proteccionista, hablar de la nación francesa sin que me acusen de nacionalista. A todos los que han sufrido en la vida también quiero hablarles y quiero darles esperanza porque tienen derecho a ello. Me dirijo a todos los franceses y les digo que la sociedad del pleno empleo es el objetivo con la plena ciudadanía", prosiguió.
"Sólo deseo reunir al pueblo francés en torno a un nuevo sueño francés. Un sueño de Francia, una República fraternal y nadie sea excluido, ni tenga miedo al otro; que la diversidad no sea una amenaza, sino una riqueza. Esta Francia fraternal con la que yo sueño es la Francia que me ha visto nacer y que me ha dado todo. Y se lo debo. He venido a dar la oportunidad de prestar todos los servicios que yo pueda a esta Francia e invito a todos a unirse; cualquiera que sea su origen, su credo o partido. Únanse a mí porque juntos podemos luchar por ella", afirmó.
Entre vítores y gritos de "¡Nicolas!, ¡Nicolas" el dirigente conservador se despidió. "Mis queridos compatriotas, con todo mi corazón, ¡viva la República! ¡viva Francia!".
