MADRID 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
La coalición opositora egipcia Frente de Salvación Nacional (FSN) ha desmentido que existan planes para unir fuerzas con el último primer ministro del derrocado presidente egipcio Hosni Mubarak, Ahmed Shafiq, apenas un día después de que éste afirmara que planea regresar al país y apuntara a una posible alianza con el grupo.
"No uniremos nuestras fuerzas con un primer ministro nombrado durante el Gobierno de Hosni Mubarak. Por otra parte, no hemos recibido oferta alguna de ningún partido que quiera unirse al FSN", ha manifestado el portavoz de la coalición, Hussein Abdel Ghani.
En este sentido, ha recalcado que el FSN se opone a los "residuos del régimen de Mubarak" y a lo que ha descrito como "el fascismo y la dictadura de Hermanos Musulmanes", según ha informado el diario egipcio 'Al Masry al Youm'.
Por su parte, George Ishak, alto cargo del FSN y cofundador del Partido Constitución, ha señalado que Shafiq "no es bienvenido en la coalición". "No espero que Shafiq se una, porque está considerado un residuo del régimen de Mubarak y el FSN representa la revolución", ha remachado.
En respuesta, el comité supremo del partido de Shafiq, el Movimiento Patriótico Egipcio, ha criticado a Abdel Ghani e Ishak y ha dicho que su negativa a unir fuerzas con el exprimer ministro "muestra una ingenuidad política enorme".
"Es una extensión de la estrategia adoptada por Hermanos Musulmanes de excluir a grandes grupos de ciudadanos honorables, tal y como ha pasado en el país tras las últimas elecciones parlamentarias", ha sostenido.
En la actualidad, Shafiq continúa en Emiratos Árabes Unidos, adonde viajó tras su derrota en las elecciones presidenciales de 2012 en las perdió ante el candidato de Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi.
El exprimer ministro fue absuelto el domingo en un caso por el que estaba siendo juzgado por supuestos delitos de corrupción perpetrados cuando era el ministro de Aviación Civil del Gobierno, entre 2002 y 2011.
Recientemente se ha abierto una investigación contra él por la malversación de 2.500 millones de libras egipcias, unos 282 millones de euros, por ordenar la demolición de un edificio del Aeropuerto Internacional de El Cairo.