KABUL, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -
Fuerzas conjuntas de la coalición y afganas repelieron hoy una emboscada de un grupo de 75 efectivos de la milicia talibán que trató de asaltar una base de la coalición que lidera Estados Unidos en el sur de Afganistán, según anunció ésta en un comunicado, precisando que al menos 20 milicianos murieron en este inusual ataque frontal.
Según el comunicado, una fuerza conjunta afgano-estadounidense empleó morteros, ametralladoras y misiles aéreos para repeler el ataque contra Firebase Anaconda, en la provincia de Uruzgán, que la milicia ejecutó desde tres frentes empleando granadas, cohetes y fuego de artillería.
"Casi dos docenas de insurgentes murieron en el ataque", según la coalición, que precisó que dos niñas y dos soldados afganos también resultaron heridos.
Una base como la de Anaconda no suele ser objeto de ataques y generalmente no hay más que varias decenas de soldados asignados a ellas. Asimismo, tampoco se registran apenas ataques directos y frontales contra bases de la Alianza Atlántica por insurgentes a pie, sino que más bien se caracterizan por el lanzamiento de cohetes contra las bases y la consiguiente huída de los talibán.
Fuentes militares aseguran que los milicianos talibán saben que no pueden igualar en capacidad a los Ejércitos occidentales que nutren el contingente de la coalición en enfrentamientos cara a cara, lo que alenta a los insurgentes a basar sus ofensivas en la colocación de bombas de carretera e impulsar ataques suicidas.
"La incapacidad de las fuerzas insurgentes para inflingir daños severos contra (la base) Firebase Anaconda, y el que sean simultáneamente diezmadas en el proceso, deben ser una clara indicación de que la ineficacia de sus milicianos", explicó la portavoz de la coalición, la capitán Vanessa R. Bowman.
ATAQUE TALIBÁN
En el sur del país, en la provincia de Kandahar, milicianos talibán atacaron un puesto de control de la Policía a primera hora de la mañana, lo que provocó un enfrentamiento a tiro limpio que se prolongó durante tres horas y que se saldó con la muerte de seis policías y 15 milicianos, según explicó el jefe de la Policía provincial, Syed Afgha Saqib.
El pasado lunes, otra unidad de milicianos atacó otro puesto de control policial en el distrito de Shinkay, provincia de Zabul. En el consiguiente enfrentamiento perecieron cinco presuntos milicianos, según recordó el portavoz del Gobernador de Zabul, Ali Kheil, que precisó que no hubo bajas mortales en el cuerpo de Policías.
En lo que va de año, más de 3.600 personas han fallecido en ataques de la insurgencia y en operaciones militares de la coalición, la mayoría milicianos, según un recuento de la agencia AP, a partir de datos de las autoridades afganas y occidentales. Dichas fuentes destacan que la violencia se concentra predominantemente en las provincias sureñas de Afganistán, entre ellas, Kandahar y Helmand.
