El Gobierno burkinés confirma disparos en cuarteles militares pero desmiente un golpe de Estado

Archivo - Roch Marc Christian Kaboré, presidente de Burkina Faso
Archivo - Roch Marc Christian Kaboré, presidente de Burkina Faso - PRESIDENCIA DE BURKINA FASO - Archivo
Europa Press Internacional
Actualizado: domingo, 23 enero 2022 12:31

MADRID, 23 (EUROPA PRESS)

El Gobierno de Burkina Faso ha confirmado este domingo varios incidentes a tiros en cuarteles militares de la capital, Uagadugú, y de otras ciudades del país, pero ha desmentido por completo que esté ocurriendo ahora mismo un golpe de Estado militar, un día después de una gran manifestación contra el presidente del país, Roch Marc Christian Kaboré como gesto de repulsa por la inestabilidad y la violencia que reinan en el país.

Fuentes militares de Bloomberg entienden que los disparos de la capital comenzaron en torno a las 04.00 de la madrugada tanto en el aeropuerto como en la base de Sangoule Lamizana, que sirve de alojamiento ocasional para la junta de jefes del Estado Mayor del Ejército y además contiene una prisión militar donde se encuentra detenido una figura trascendental en la historia contemporánea del país: el general golpista Gilbert Diendéré.

Por otro lado, también se han escuchado disparos en otro campamento militar de Uagadugú, el de Baba Sy, en la salida sur de la capital, y en cuarteles de las ciudades de Kaya, la quinta más grande del país, así como en Ouahigouya, en el norte de Burkina, según han informado los residentes a Radio France Internationale (RFI).

La primera respuesta del Gobierno ha llegado a través de su portavoz, Alkasum Maiga, quien ha negado cualquier asomo de levantamiento militar. "La información difundida en redes sociales ha llevado a creer que está ocurriendo un golpe de Estado militar. El Gobierno, si bien reconoce la existencia de tiroteos en determinados cuarteles, desmiente esta información y llama a la población a mantener la calma", según un comunicado del recogido por el portal LSI Africa.

En la nota, el Gobierno "reafirma su confianza en el Ejército" y concluye transmitiendo "fuerza y valor a las Fuerzas de Defensa y Seguridad".

El ministro de Defensa, el general Aimé Barthélémy Simporé, compareció poco después en la televisión pública RTB para desmentir por completo que el presidente del país se encuentre "detenido" y ha garantizado que la situación está "por el momento, bajo control".

"Se trata de (tiroteos en) unos cuarteles. No demasiados. Hay cuarteles que están preocupados, pero en algunos ya ha vuelto la calma", ha declarado sobre unos incidentes que están "localizados, contenidos y cuya evolución está siendo supervisada", ha declarado.

Aunque el general Simporé decidió no elucubrar sobre los motivos exactos de la violencia, fuentes de RTB han asegurado que los tiroteos son "una expresión de descontento por parte de algunos militares" y que "la jerarquía militar está trabajando arduamente para restaurar la calma y la serenidad en los cuarteles".

Sin embargo, y como informa el portal Burkina24 los residentes próximos al campamento Lamizana seguían escuchando disparos poco antes de este mediodía. El servicio de Internet en el país solo funciona por línea de tierra.

DIENDÉRÉ

En la prisión militar de Sangoule Lamizana se encuentra, en particular, el general Gilbert Diendéré, exjefe de gabinete del expresidente Blaise Compaoré, condenado por un intento de golpe de Estado en 2015 y también procesado en relación con el asesinato del expresidente e icono revolucionario africano durante los años 80 Thomas Sankara.

Como nota particular, este mismo portal apunta que "algunas informaciones" sin verificar indican que estos tiroteos podrían tratarse también de "un intento de liberar al general Diendéré", considerado en su momento como uno de los hombres más poderosos del país durante el mandato de Compaoré, derrocado en 2014 cuando intentaba perpetuarse en el poder.

El general acabó en la cárcel por el fallido golpe de Estado que intentó un año después contra el entonces presidente en funciones y sucesor civil de Compaoré, Michel Kafando, quien acabaría abriendo la puerta a unas elecciones generales en las que Kaboré asumió la primera presidencia democrática del país después de medio siglo de golpismo y dictadura militar.

PROTESTAS Y VIOLENCIA

El sábado la Policía tuvo que sofocar con gases lacrimógenos una manifestación contra el presidente Kaboré, al que acusan de pasividad en la defensa de la población contra los ataques yihadistas, y de incapacidad a la hora de estabilizar el país.

La violencia prosigue incesante a pesar de los esfuerzos del Ejército; un derramamiento de sangre que alcanzó un punto álgido en noviembre del año pasado, cuando fueron perpetrados dos atentados terroristas en las localidades de Inata y Foubé. El primero dejó al menos 53 fallecidos, la inmensa mayoría agentes de Policía. Otros diez civiles y nueve militares fallecieron en Foubé el 22 de noviembre, en un asalto achacado a milicias islamistas.

Casi 12.000 personas fueron desplazadas por la violencia durante dos semanas de diciembre, según la ONU, mientras que Kaboré se ha pasado las últimas semanas intentando manejar como puede una crisis que se está extendiendo a su gabinete, como demostró el mes pasado al reemplazar a todo el Gobierno y nombrar a Lassina Zerbo como nuevo primero ministro del país.

De hecho, a principios de enero, las autoridades burkinesas arrestaron a ocho militares, incluido un comandante de alto rango, en relación con un presunto complot para "desestabilizar" las instituciones del país.

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