La aprobación va en paralelo a una reforma fiscal, ahora paralizada, que se antoja imprescindible para recibir ayuda internacional
MADRID, 17 May. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Industria libanés, Abou Faour, ha anunciado este lunes que el borrador definitivo de los Presupuestos Generales del Estado estará terminado para este próximo lunes, como primera medida para recibir la ayuda prometida por la comunidad internacional, y frente a la amenaza de una quiebra o 'default' si persiste la paralización de las negociaciones sobre la reforma fiscal.
Esta parálisis amenaza con generar una crisis que podría fracturar la inestabilidad social reinante, tras las protestas por los salarios y las pensiones.
El Banco Central de Líbano, sin ir más lejos, fue rodeado el pasado domingo por militares retirados que acamparon frente a su sede en Beirut para protestar contra los recortes al Ejército impulsados por el Gobierno. "Estamos en una protesta indefinida en el Banco Central y lo vamos a bloquear hasta nuevo aviso", afirmó el domingo un portavoz de la protesta, el general Sami Ramá.
La solución de emergencia más aceptada, que consistiría en pedir un aplazamiento al Banco Central --el principal tenedor de deuda--, solo resolvería parcialmente el problema dado que los fondos extranjeros que compran eurobonos al Gobierno libanés se negarían, casi con toda seguridad, a seguir invirtiendo en una economía sin reformar.
Este viernes, el ministro ha valorado la última reunión del Consejo de Ministros como "un encuentro muy productivo" y ha emplazado al Ejecutivo a cerrar las conversaciones el próximo lunes, a sabiendas de que se van a aprobar los presupuestos más austeros de la historia de un país con uno de los mayores déficit públicos del mundo.
PRESUPUESTOS BAJO MÍNIMOS
Las "difíciles y dolorosas reformas" anunciadas en febrero por el primer ministro, Saad Hariri, han afectado duramente a la opinión pública a pesar de la constante llamada a la unidad realizada por el jefe del Ejecutivo, y en la que ha insistido este viernes.
"Tenemos una oportunidad que voy a desperdiciar", ha declarado Hariri en comentarios recogidos por el portal Naharnet. "Sin una reforma seria no habrá ni mejoras, ni inversión, ni empleos. Sabemos en qué punto estamos, y a qué desafíos nos enfrentamos. Pero tenemos que trabajar todos juntos", ha añadido.
Los analistas se muestran críticos con el Gobierno libanés. "Es incapaz de ponerse de acuerdo a la hora de emitir un presupuesto transparente, incapaz de configurar un plan fiscal creíble a medio plazo, incapaz de equilibrar crecimiento y consolidación", lamenta a Reuters la directora adjunta del fondo internacional Jefferies, Alia Mubayed.
"Sin todos estos factores, no va a haber inversor que se atreva a comprar deuda a Líbano ni mecenas internacional que les entregue dinero sin mirar la situación con lupa", ha avisado.
El tiempo corre en contra del Gobierno libánes, que el 20 de mayo tiene que afrontar la caducidad de eurobonos por valor de 600 millones de euros, dinero que podría devolver a los inversores a través del inusual procedimiento de involucrar a su Banco Central, que a su vez recibiría una especie de compensación del Ministerio de Economía.
Es un método irregular que, sin embargo, ha funcionado hasta ahora gracias al compromiso irreductible del Banco Central con las autoridades libanesas.
Sin embargo, el déficit fiscal sigue disparándose --un 11,2 por ciento del PIB en 2018 frente al 6,1 de 2017--, y seguirá subiendo mientras el Gobierno no apruebe de una vez su reforma económica, una que realmente luche contra la corrupción, acelere el crecimiento, mejore el clima empresarial y desbloquee los 11.000 millones de euros en ayuda prometidos por la comunidad internacional a cambio de dicha reforma, según una valoración del Instituto de Finanzas Internacionales, con sede en Estados Unidos.
