MANAMA, 10 Feb. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Bahréin y la oposición del país han reiniciado este domingo las conversaciones de reconciliación interrumpidas desde julio de 2011 para intentar acabar con dos años de estancamiento político en el país.
"Esperamos poder elaborar en la primera sesión un buen programa que sea aceptable para todos", ha declarado la ministra de Información bahreiní, Samira Rajab, que ha añadido que durante las reuniones estarán presentes el ministro de Justicia, Jalid bin Ali Al Jalifa, y otros dos miembros del Ejecutivo.
De los 24 participantes en las conversaciones de reconciliación, ocho pertenecen a la oposición, ocho a partidos oficialistas y ocho a la Asamblea Nacional del país.
Aunque los miembros de la oposición han expresado con prudente optimismo que las conversaciones representan un significativo paso adelante, también han expresado estar preocupados ya que el programa del diálogo no está claro. El principal partido de la oposición, Wefaq, decidirá mañana si continúa con las negociaciones en función de lo que suceda en las reuniones de este domingo, según ha revelado uno de los miembros del partido, Jalil Ibrahim.
"Hemos acordado con todas las partes políticas evaluar los resultados de la primera reunión y decidir. Decidiremos mañana", ha asegurado Ibrahim. El partido Wefaq es el más grande de una coalición de la oposición formada por seis partidos que solicitan la instauración de una monarquía constitucional.
La oposición ha señalado que sus principales condiciones para continuar con las conversaciones son que asistan miembros de la familia gobernante, que el diálogo permita tomar decisiones en lugar de formular recomendaciones y que el resultado de la reuniones sea sometido a un referéndum público.
A principios de 2011, Bahréin se vio afectado por una serie protestas, algunas de las cuales derivaron en disturbios. Las protestas fueron aplastadas, pero desde entonces se producen manifestaciones casi a diario en las que se exige a los gobernantes del país que convoquen elecciones y que instauren una monarquía constitucional.
Los activistas proderechos y la oposición culpan al Gobierno de usar tácticas violentas para disolver las protestas y de imponer penas severas a los manifestantes. Según una comisión de investigación independiente, alrededor de 35 personas murieron durante los disturbios de 2011 y durante los dos meses posteriores en los que estuvo vigente la ley marcial. Sin embargo, la oposición eleva la cifra de muertos a al menos 80 personas.
En julio de 2011, la oposición abandonó las conversaciones de reconciliación ya que consideró que éstas no fueron llevadas a cabo de forma justa. Los miembros de la oposición se quejaron de que al Wefaq sólo se le concedió un representante en una reunión de 60 personas, el mismo número que los partidos oficialistas pequeños.