BEIRUT, 20 Ago. (Reuters/EP) -
Los combates entre el Ejército sirio y fuerzas kurdas se han intensificado esta noche y amenazan con abrir otro frente más en la guerra civil que sacude al país al enfrentar a dos grupos que hasta ahora han evitado en la medida de lo posible cruzar disparos.
Hasta ahora, el Gobierno sirio ha centrado sus esfuerzos sobre todo en los rebeldes árabes suníes en el oeste, mientras los kurdos combatían fundamentalmente a Estado Islámico en el norte de Siria. De hecho, varios medios progubernamentales han indicado este sábado que el Gobierno sirio no tiene intención de seguir con esta escalada de violencia y han empezado una ronda de conversaciones de paz preliminares.
Tras el comienzo de los combates esta semana, aviones gubernamentales bombardearon zonas bajo control kurdo en la ciudad de Hasaka, en el noreste del país, en manos kurdas en su mayoría y donde el Gobierno tiene solo algunos enclaves.
El enfrentamiento podría complicar la batalla contra Estado Islámico, debido al crucial papel de los kurdos en la lucha de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF, por sus siglas en inglés) contra el grupo.
El viernes, aviones de la coalición liderada por Estados Unidos realizaron lo que el Pentágono calificó como patrullas de protección alrededor de Hasaka para evitar que los cazas sirios ataquen a las fuerzas especiales estadounidenses que operan sobre el terreno con las SDF, las primeras operaciones de esta naturaleza en lo que va de guerra.
Los enfrentamientos terrestres crecieron en intensidad esta pasada noche, cuando integrantes de la milicia kurda YPG combatieron a las fuerzas sirias, cuya fuerza aérea sobrevoló la ciudad, según los kurdos y observadores del conflicto. "Los combates continúan hoy en zonas dentro de la ciudad. Hubo operaciones militares", dijo un funcionario kurdo.