WASHINGTON, 15 Ago. (EUROPA PRESS) -
El precandidato republicano a las elecciones presidenciales norteamericanas y ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani reconoció ser contrario a la creación, en estos momentos, de un Estado palestino, al tiempo que se mostró partidario de adoptar una postura más firme contra Irán, que incluya destruir su infraestructura e instalaciones nucleares, dijo, "si fracasa todo lo demás".
"No es del interés de Estados Unidos, en un momento en el que está siendo amenazado por terroristas islamistas, asistir a la creación de otro estado que apoyará el terrorismo", aseguró. "El estatus palestino debe ser merecido a través de una buena gobernabilidad consistente, un claro compromiso en la lucha contra el terrorismo y una voluntad para vivir en paz con Israel", añadió, y subrayó que el "compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel es una característica permanente" de su política exterior.
Según un artículo del político publicado en la edición de septiembre de la revista de Asuntos Internacionales, la comunidad internacional ha puesto "demasiado énfasis" en la mediación desplegada para reimpulsar nuevas rondas de negociaciones entre palestinos e israelíes que logren poner fin a un conflicto que dura ya más de 50 años.
Estas declaraciones se interpretan como una bofetada a los esfuerzos del presidente norteamericano, George W.Bush, al auspiciar éste una conferencia de paz para otoño para reactivar el proceso de paz, así como la gira a la región de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, para alentar la negociación, incluso tras la toma de control de la Franja de Gaza por Hamás el pasado mes de junio y en plena crisis política por la que atraviesan los territorios palestinos tras la creación de facto de dos Gobiernos paralelos, el de Hamás en la Franja de Gaza y el Ejecutivo de emergencia nombrado por el presidente palestino, Mahmud Abbas, de Al Fatá, en Cisjordania.
En su artículo, Giuliani asegura que no descarta negociar con Irán, aunque insistió en que tal marco negociador debe nacer de "una posición de fuerza". "Los teocráticos que gobiernan Irán necesitan comprender que podemos utilizar el palo también, igual que la zanahoria, contrarrestando el apoyo popular a su régimen, perjudicando a la economía iraní o debilitando a su Ejército y si todo lo demás fracasa, destruyendo su infraestructura nuclear", explicó.
