La historia de Omaima, demasiado joven para casarse

Omaima, refugiada siria que hace campaña contra matrimonio infantil
Omaima, refugiada siria que hace campaña contra matrimonio infantil - ANNIE SAKKAB/ACNUR
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Actualizado: sábado, 7 mayo 2016 12:31

Muchas familias de refugiados sirios casan a sus hijas a una edad temprana

   MADRID, 7 May. (Por Charlie Dunnmore, ACNUR) -

   Omaima llegó en 2012 al campo de Zaatari, en Jordania, con tan solo 11 años. Entonces, esta refugiada siria no estaba al tanto de la cuestión del matrimonio temprano, pero algunas de sus compañeras de clase comenzaron a desvanecerse.

   Cuando el conflicto le obligó a ella y a su familia a abandonar sus otrora cómodas vidas en Damasco y buscar su seguridad en Jordania, la principal preocupación era reanudar su educación y encontrar nuevas amigas en el campo, donde actualmente residen cerca de 80.000 refugiados.

   "Cuando terminé sexto grado (en 2013), comencé a escuchar sobre chicas de tan solo 12 o 13 años que se casaban. Venían a la escuela a decir adiós. Recuerdo que pensé que estaba cometiendo un gran error, incluso antes de conocer los hechos", relata Omaima, que ahora tiene 15 años, a trabajadores de ACNUR.

   Pero lo que realmente planteó el asunto en casa fue cuando una de sus mejores amigas, Basma, fue casada por su familia justo antes de su 14 cumpleaños. "Siempre estábamos juntas y era una de las mejores estudiantes en nuestra clase", recuerda Omaima. "Ella no quería casarse, pero sus padres pensaron que era la mejora opción para ella", explica.

Annie Sakkaab/ACNUR  

Como suele suceder en la mayoría de los matrimonios tempranos, Basma dejó la escuela después de casarse y Omaima no ha vuelto a ver a su amiga. Ese episodio hizo a Omaima tomar la determinación de intentar evitar que otras chicas del campo corrieran la misma suerte.

CAMPAÑA CONTRA EL MATRIMONIO INFANTIL

   Buscó información sobre los riesgos del matrimonio temprano y luego animó a amigas y compañeras de clase a compartirla con sus padres para intentar disuadirles de la práctica. También organizó sesiones de dibujo y actuación para chicas de su edad como vía para comunicar y visualizar la cuestión.

   Omaima se dio cuenta de que sus esfuerzos estaban surtiendo efecto cuando fue capaz de convencer a varias chicas de poca edad que planeaban casarse de que cambiaran de idea y siguieran con su educación.

   En virtud de la legislación jordana, la edad mínima para casarse está fijada en 18 años. Los jueces religiosos pueden autorizar los matrimonios con menores de hasta 15 años, siempre y cuando los mejores intereses del menor sean tomados en cuenta. Pese a la ley, los mejores esfuerzos de las autoridades, también hay casos de jeques locales que celebran matrimonios no oficiales de niñas de 14 años o menos, que no son considerados legales en virtud de la legislación.

Annie Sakkaab/ACNUR    

Aunque existe una tradición cultural de matrimonio temprano en algunas partes de Siria, incluidas las zonas rurales de la provincia de Deraa, de donde proceden la mayoría de los refugiados que viven en Zaatari, varios factores han llevado a una mayor prevalencia entre los refugiados sirios en Jordania. Estas incluyen las complicadas condiciones de vida y la precaria situación económica de algunas familias, que animan a casarse a sus hijas para aliviar sus responsables financieras.

   Antes de la guerra en Siria, una media del 13 por ciento de todos los matrimonios incluían a alguien menor de 18 años. Entre los refugiados sirios que viven en Jordania, esta tasa había aumentado hasta el 32 por ciento para el primer trimestre de 2014.

TRABAJO DE ACNUR

   Trabajando en cooperación con el juez local de la sharia en el campo de Zaatari, ACNUR ofrece asesoramiento sobre el matrimonio infantil a todas las personas que pretenden casarse antes de cumplir los 18 años. Tal asesoramiento busca aumentar la concienciación sobre los riesgos del matrimonio temprano, incluidos los riesgos para la salud que plantea el embarazo temprano.

   Si hay alguna evidencia de que la niña tiene menos de 15 años, o de que el matrimonio es forzado, ACNUR ofrece asesoramiento a las familias sobre las consecuencias legales, sanitarias y psicológicas en cooperación con la Unidad de Protección Familiar del Gobierno, que tratará de evitar la celebración de tales matrimonios.

   "Pese a los riesgos físicos y psicológicos que implica, si la niña tiene 15 años o más y todas las partes están de acuerdo, y si no hay otras preocupaciones específicas, nos enfrentamos a retos a la hora de evitar tales matrimonios", reconoce Sophie Etzold, una responsable de protección de ACNUR en Zaatari.

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Annie Sakkaab/ACNUR    

En el marco de sus esfuerzos continuados para combatir la cuestión, Omaima ha estado trabajando como voluntaria desde el año pasado con un grupo de protección de menores en el campo gestionado por Save the Children. "Me siento orgullosa de que estoy haciendo algo para ayudar a otras chicas y afrontar este problema", afirma.

   Omaima asegura que está deseando casarse algún día. "Pero solo bajo mis propios términos, después de haber terminado mi educación y haber ido a la universidad. Y esperemos que cuando me case, ya no esté viviendo en Zaatari", confía.