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MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
Al menos cinco civiles, incluido un discapacitado mental, murieron y una mujer resultó herida en el ataque perpetrado el 4 de abril en una localidad de la región anglófona camerunesa Noroeste por efectivos de las fuerzas de seguridad, según ha denunciado Human Rights Watch (HRW).
Los cuerpos de tres de las víctimas fueron hallados mutilados, incluido uno que había sido decapitado, según ha precisado la ONG, que ha señalado que en el ataque registrado en Meluf participaron tanto soldados como gendarmes así como efectivos de la Brigada de Intervención Rápida (BIR).
Según ha alertado HRW, podrían producirse más ataques si no se controla a las fuerzas gubernamentales que participan en la represión de los grupos separatistas alzados en armas en la parte anglófona de Camerún.
Además, ha denunciado que se han incrementado igualmente los ataques en o en torno a centros de salud y contra personal médico en la región. En estos ataques, han muerto pacientes y personas que se sospechaba que eran separatistas, además de una mujer que dio la voz de alarma ante la llegada de los soldados.
Por ello, la organización de defensa de los Derechos Humanos ha instado a las autoridades a investigar a los miembros de las fuerzas de seguridad que presuntamente han cometido estos asesinatos y a llevar ante la justicia a los responsables de los mismos.
ABUSOS CONTRA LA POBLACIÓN CIVIL
"Las fuerzas gubernamentales están cometiendo abusos contra la población que vive en las zonas anglófonas de Camerún", ha denunciado el director para África Central de HRW, Lewis Mudge. "Las autoridades civiles y militares del país deberían dejar claro que este tipo de abusos no serán tolerados y hacer rendir cuentas a los comandantes", ha reclamado.
Según la reconstrucción de los hechos que ha hecho la ONG, de acuerdo con testigos y residentes y vídeos y fotos, las víctimas fueron ejecutadas o disparadas mientras intentaban huir de las fuerzas de seguridad durante el registro de su barrio, situado cerca del campamento de un grupo armado separatista. Además de la decapitación de una víctima, a otras dos les arrancaron los genitales, según HRW.
En cuanto a los ataques en torno a centros de salud y hospitales, HRW ha documentado entre otros la ejecución de cuatro disparos de un motorista al que los soldados acusaron de ser un separatista. Como resultado de estos ataques, se han reducido las personas que acuden a los hospitales en los últimos seis meses porque no se sienten seguras. "Los pacientes prefieren morir en casa", ha contado un médico.
Así las cosas, HRW ha reconocido que "la violencia de las fuerzas de seguridad contra instalaciones médicas y trabajadores sanitarios es una tendencia preocupante en las regiones anglófonas, que corre el riesgo de privar a la población de servicios de salud cuando más lo necesitan".
"El hecho de que el Gobierno de Camerún no haga rendir cuentas a sus fuerzas de seguridad ha animado a las unidades más abusivas a cometer aún más crímenes", ha lamentado Mudge. "Las fuerzas gubernamentales tienen que respetar los Derechos Humanos básicos y dejar de atacar a civiles", ha reclamado el responsable de HRW.