MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) han acusado este viernes a las autoridades de Ruanda de arrestar de formar arbitraria y retener de forma ilegal a personas en un centro de tránsito en la capital del país, Kigali.
En su informe de 48 páginas '¿Por qué no llamar prisión a este lugar?: Detenciones ilegales y malos tratos en el centro de tránsito de Gikondo', la organización ha documentado la detención ilegal de personas en este lugar entre 2011 y 2015.
HRW ha afirmado que las autoridades han detenido de forma arbitraria a vendedores ambulantes, prostitutas, mendigos, vagabundos, de culpables de delitos menores en el centro, conocido coloquialmente con el nombre de Kwa Kabuga.
Así, y tras asegurar que en el mismo han estado detenidos además niños sin hogar, ha apuntado que el Gobierno ruandés ha utilizado el centro para mantener lejos de la vista de la población lo que considera como "gente indeseable".
"Kigali es aplaudido a menudo por su limpieza, pero sus residentes más pobres han estado pagando el precio de esta imagen positiva", ha dicho el director para África de HRW, Daniel Bekele. "El contraste entre las calles inmaculadas del centro de Kigali y las malas condiciones de Gikondo no puede ser más acentuado", ha lamentado.
El informe, basado en entrevistas con 57 personas que estuvieron detenidas en el centro, así como con familiares de detenidos y otras fuentes, denuncia que los ciudadanos más desfavorecidos son acosados, detenidos y enviados a Gikondo sin que se respeten sus derechos.
"Son encarcelados en condiciones deplorables por periodos que van desde varios días hasta numerosos meses, sin que se presenten cargos contra ellos, lo que viola la legislación ruandesa e internacional", ha manifestado la organización.
Según su investigación, miles de personas podrían haber pasado por el centro en la última década. "Cualquiera en Kigali puede ser arrestado y llevado a Kwa Kabuga", dice un antiguo detenido. "Si pasas un día sin que te detengan dices que Dios ha sido bueno", agrega.
MALOS TRATOS Y AGRESIONES
HRW ha señalado además que los malos tratos y las agresiones son "comunes" en Gikondo, recalcando que tanto la Policía como otros detenidos conocidos como 'consejeros', que cuentan con el respaldo policial, agreden, extorsionan y castigan a los detenidos por cosas como hablar demasiado alto o no hacer fila para ir al baño.
Asimismo, ha apuntado que las mujeres detenidas junto a sus hijos o bebés son "particularmente vulnerables", ya que son agredidas frecuentemente en caso de que los niños hagan sus necesidades en el suelo.
Antiguos detenidos han asegurado además que en algunas ocasiones llegaba a haber 400 personas en una sola sala, con muchas de ellas viéndose obligadas a dormir en el suelo. Además, han apuntado que no hay suficientes suministros de agua y comida, mala higiene y acceso inadecuado a los servicios médicos.
Por otra parte, han indicado la existencia de corrupción entre los rangos policiales, asegurando que una de las maneras más fáciles de abandonar el centro era pagar sobornos a los agentes.
La organización ha recalcado que ha tratado el asunto con el Gobierno ruandés en numerosas ocasiones y ha sostenido que Kigali se refiere al centro como una institución para rehabilitar a personas que necesitan "ayuda de emergencia".
"Este agujero negro legal ha creado un ambiente en el que los pobres se quedan sin protección estatal y en el que sus derechos básicos son olvidados. El Gobierno argumenta que Gikondo es un centro de rehabilitación, pero los antiguos detenidos con los que hemos hablado (...) sólo encontraron sufrimiento y humillación", ha valorado Bekele.
Por ello, HRW ha reclamado el cierre inmediato de Gikondo, así como el fin de las detenciones arbitrarias de "personas vulnerables y marginadas". "El Gobierno debería darles ayuda y apoyo", ha remachado.