El Ejército asegura que los vídeos que sirven de prueba están manipulados y anuncia el inicio de una investigación particular de lo sucedido
JERUSALÉN, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este lunes que el Ejército israelí podría haber incurrido en crímenes de guerra al asesinar a sangre fría a dos jóvenes palestinos de 17 años de edad durante una manifestación en Cisjordania el mes pasado, mientras que los militares hebreos han asegurado que las imágenes en las que se ha basado la organización están manipuladas y han anunciado el inicio de una investigación particular de los hechos.
Los vídeos a los que ha tenido acceso HRW muestran "con claridad" que, durante la manifestación en Beitunia del pasado 15 de mayo, los soldados israelíes "dispararon en dirección de ambos jóvenes", identificados como Nadim Nawaré y Mohamed Salamé. Después, la autopsia reveló que ambos sufrieron heridas en el pecho causadas por munición real. Los testigos de la manifestación han ratificado que los soldados israelíes usaron munición letal en el transcurso de la protesta.
A pesar de que HRW tiene constancia de que los soldados israelíes también grabaron los enfrentamientos en vídeo, el Ejército no ha divulgado imágenes que respalden su versión de los acontecimientos, y desconfía de informaciones publicadas por medios israelíes, como el diario 'Haaretz', en las que se especula con la posibilidad de que los niños hubieran fallecido por disparos realizados desde el lado palestino.
"Las heridas de entrada en los cuerpos de los jóvenes, las imágenes y las declaraciones de los testigos indican de manera contundente que los disparos procedían de la posición que ocupaban las fuerzas israelíes", según el informe, que también rechaza la versión israelí de que solo se emplearon balas de goma y gases lacrimógenos durante la protesta. "Es muy improbable que proyectiles de goma disparados a 60 metros de distancia causen esa clase de heridas", ha añadido la organización.
CRÍMENES DE GUERRA
"El asesinato a sangre fría de civiles a manos de las fuerzas de seguridad israelíes en el marco de la ocupación (de territorio palestino) es un crimen de guerra", ha sentenciado la directora de HRW para Oriente Próximo, Sarah Leah Whitson, quien ha pedido a Israel que "procese a los responsables".
Whitson ha asegurado que "la versión israelí de que las tropas no dispararon munición real simplemente no se sostiene" y ha exigido a la comunidad internacional que "ponga fin a la impunidad israelí, de la que este último incidente es ejemplo" usando para ello medidas de presión "serias y constantes".
Además, HRW recomienda a los palestinos que soliciten la intervención del Tribunal Penal Internacional para estudiar si abre un caso en relación no solo a este incidente, sino a otros similares que han tenido lugar desde septiembre de 2000.
En este sentido, organizaciones pro Derechos Humanos israelíes como B'Tselem o Yesh Din han estimado que más de 3.100 civiles palestinos han muerto a manos del Ejército israelí. Solo seis soldados hebreos han sido condenados por este tipo de incidentes y la pena más severa ha sido solo de siete meses y medio de prisión.
