AMMAN, 6 Ene. (EP/AP) -
Cerca de 3.000 personas marcharon ayer viernes por las calles de Amman, la capital de Jordania, para expresar su protesta por la ejecución del ex dictador iraquí Sadam Husein, extendiendo su protesta a la influencia de los chiíes y de los estadounidenses en el mundo árabe.
Los manifestantes, en su mayoría pertenecientes a la rama suní o a grupos de oposición de izquierda, acusaron a Irán de acelerar el ahorcamiento de Husein, que murió el pasado sábado en la horca.
La multitud gritó "Muerte a América y a Irán", mientras portaban retratos de Sadam y agitaban banderas oficiales iraquíes.
"Ejecutar a Sadam ha sido un crimen horrendo y es obvio que Irán se encuentra detrás de su muerte", afirmó el manifestante Bassam al Qadumi.
Esta manifestación se convirtió en la protesta más grande contra la muerte del ex dictador que ha tenido lugar fuera de Irak. La multitud prometió vengar la muerte de Husein, fijando como principal objetivo al clérigo chií Muqtada Al Sader, al tiempo que denunciaba la posición del grupo Hezbolá en Líbano, como parte de un "creciente despliegue chií" en Oriente Próximo, tal y como rezaban algunas de las pancartas.