Dice que la figura del jordano puede haberse "sobrevalorado" y habrá que esperar para ver si se ha "descabezado" el terrorismo
MADRID, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Investigador Principal del Área de Mediterráneo y Mundo Árabe Real Instituto Elcano (RIE), Haizam Amirah Fernández, opinó hoy que la muerte de Abu Musab al Zarqaui, jefe de Al Qaeda en Irak, "no va a restar seguidores al movimiento yihadista ni va a mermar la determinación con que estos grupos quieren llevar a cabos su proyectos".
En declaraciones a Europa Press, Amirah apuntó que es "probable que se haya sobrevalorado el papel" del terrorista jordano en Irak y "la forma de comprobarlo será ver cuál es la evolución de los atentados, si se realmente se ha descabezado el movimiento, si tiene como efecto alguna división de sus integrantes, de sus estrategias".
Del mismo modo, para comprobar el impacto en el yihadismo internacional, afirmó que será necesario estar pendiente en los próximos días del contenido de las webs de estos grupos, que es posible que reflejen cierto sentimiento de "pérdida", pero no una pérdida de adeptos.
En el caso concreto del futuro de Irak, apuntó "el problema" de este país "va mucho más allá de la existencia o no de Al Zarqaui, y su muerte no va a hacer que el número de yihadistas disminuya", prosiguió. No obstante, consideró posible que la muerte del jordano tenga cierto impacto en las relaciones entre chiíes y suníes en Irak.
Teniendo en cuenta que éste había llamado a atacar a los chiíes, apuntó que su desaparición "podriá durante algún tiempo calmar esa violencia y enfrentamiento suní-chií".
MOVIMIENTO DIFUSO
A su juicio, Al Zarqaui era considerado la "cabeza visible" de un movimiento que es en realidad "muy difuso e inconexo" y que su identificación por parte de Estados Unidos y el Gobierno iraquí, que "elevaron su perfil" fue tal vez lo que con el paso del tiempo le acabó dando una importancia real en la insurgencia iraquí".
En este sentido, apuntó que Estados Unidos tal vez lo identificó como líder teniendo en mente una estructura clásica con una cabeza visible, una cadena de mando y una estrategia que se planfica en la cúspide, cuando está claro que el terrorismo yihadista en Irak no es así.
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