MADRID 5 Ene. (EUROPA PRESS) -
Miles de iraquíes se han manifestado este viernes en varias localidades del país, registrándose las de mayor importancia en Anbar y Mosul, en una nueva jornada de protestas contra el Gobierno, según ha informado el diario británico 'The Guardian'.
En los últimos días, varias provincias han registrado múltiples protestas contra la escasez de servicios públicos y el deterioro de la situación de seguridad. La situación más tensa se vive en la provincia de Anbar (oeste), donde las manifestaciones han entrado en su decimoquinto día consecutivo.
Las protestas están encabezadas por la comunidad suní, que acusa al primer ministro del país, Nuri al Maliki, de discriminar a la comunidad y de encontrarse bajo la influencia de Irán. La situación política ha deteriorado en el país árabe tras el viaje del presidente, Jalal Talabani, a Alemania para recibir tratamiento médico tras sufrir un infarto en diciembre.
En respuesta a las protestas, Al Maliki ha advertido que no tolerará de forma indefinida las manifestaciones contra el Gobierno. Sin embargo, ha hecho una concesión a las demandas populares al comprometerse a liberar a varias mujeres que se encuentran encarceladas en el país.
Este mismo miércoles, el parlamentario Kadhim al Bahadli, miembro de la Coalición del Estado de Derecho --presidida por Al Maliki--, ha valorado que "las manifestaciones no representan a los iraquíes, si no a agendas externas", según ha informado la agencia iraquí AIN.
"Los manifestantes piden la liberación de los criminales y los asesinos (...) y a los que están detrás de los atentados contra ceremonias religiosas", ha asegurado. Por ello Al Bahadli, ha solicitado a la población "que haga frente a estas manifestaciones, que están destruyendo el país".
AUMENTO DE LAS TENSIONES
Las tensiones entre la comunidad suní y Al Maliki, chií, se incrementaron el 20 de diciembre después de que el ministro de Finanzas de Irak, Rafei el Essawi, denunciaras el secuestro de alrededor de 150 personas durante una serie de redadas ejecutadas por "una milicia" en su vivienda, su oficina y la sede del ministerio en Bagdad.
La denuncia del secuestro de 150 personas emitida por El Essawi se sumó al malestar existente entre ambas comunidades desde la decisión de un tribunal iraquí de decretar pena de muerte contra el exvicepresidente Tareq al Hashemi --en el cargo en el momento de la condena-- por su responsabilidad en los asesinatos de una abogada y un militar, que habrían sido ejecutados por una supuesta red de escuadrones de la muerte.
Sobre Al Hashemi pesa una 'alerta roja' de arresto de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) a petición del Gobierno de Irak, aunque el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que no detendría ni entregaría al exvicepresidente iraquí.
Al Hashemi, un destacado dirigente suní, huyó de Bagdad en diciembre de 2011 después de que el Gobierno dictara una orden de arresto contra él por la supuesta organización de escuadrones de la muerte. El acusado ha negado todos los cargos y ha denunciado que el caso tiene motivos políticos.
En la actualidad se encuentra en Estambul, desde donde se ha negado a asistir al juicio que se sigue actualmente contra él en Bagdad, con el argumento de que Al Maliki controla el tribunal.