MADRID, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
El enviado especial de la ONU para Irak, Martin Kobler, ha solicitado este viernes a los líderes políticos de Irak que tomen "inmediatamente" las medidas necesarias para detener la violencia sectaria en el país tras la muerte de al menos 34 personas a causa de la explosión de cinco coches bomba en un distrito chií del norte de Bagdad y en las ciudades de Hilla y Kerbala, dos localidades mayoritariamente chiíes situadas al sur de la capital.
"Los responsables de estos actos odiosos y horribles son simples criminales cuyo único objetivo es arrastrar al país hacia la violencia sectaria", ha dicho Kobler, que también encabeza la Misión de Naciones Unidas para Irak (UNAMI).
Por ello, ha solicitado a los líderes políticos iraquíes que se unan y trabajen juntos para evitar un empeoramiento de la situación. "Es su función y su responsabilidad sentarse juntos y ver qué se puede hacer para detener esta horrible violencia".
En la oleada de atentados de este viernes, 16personas han perdido la vida y 44 han resultado heridas en Kadhimiya, un distrito mayoritariamente chií del norte de la capital, Bagdad, por la explosión simultánea de dos coches bomba en una parada de autobús próxima a un mercado de venta de aves de los viernes, según fuentes médicas y policiales.
Asimismo, otras quince personas han muerto tras la explosión de dos coches bomba en un mercado de verduras en la ciudad de Hilla, a unos cien kilómetros al sur de Bagdad. Por último, tres personas han fallecido tras la explosión de un coche bomba aparcado en Kerbala, a 80 kilómetros al suroeste de la capital, según la Policía.
Ningún grupo ha reivindicado de momento los atentados. Las autoridades iraquíes han atribuido a los insurgentes suníes vinculados a la red terrorista Al Qaeda el reciente recrudecimiento de la violencia en el país.
