BAGDAD 27 Oct. (EP/AP) -
El clérigo radical chií Muqtada al Sadr podría dar por finalizada la orden que dio a sus milicias hace unos meses para interrumpir sus actividades debido a las redadas que están llevando a cabo las fuerzas estadounidenses e iraquíes contra sus seguidores, según informó hoy un ayudante de Al Sadr.
El alto el fuego de seis meses que el clérigo declaró el pasado mes de agosto ha sido acreditado con un descenso en el número de cadáveres tiroteados que antes aparecían en las calles de numerosas ciudades iraquíes.
Pero la Policía de Bagdad encontró ayer los cuerpos de tres personas asesinadas bajo este estilo y con posibles signos de tortura, escenario habitual antes de la declaración de alto el fuego por parte de Al Sadr.
Estados Unidos recibió con agrado el cese temporal de las hostilidades del Ejército de Mahdi, nombre de la milicia del clérigo radical, pero no ha dejado de perseguir a sus milicianos, los cuales, según asegura Washington, son apoyados por el Gobierno iraní.
El Ejército norteamericano informó ayer que una brigada de paracaidistas encontraron durante operaciones de combate en la ciudad de mayoría chií de Hillah, en el sur del país, un alijo de armas que incluían 27 cohetes de fabricación iraní y dos sistemas de lanzadera, cada una con capacidad para disparar 20 cohetes de una sola vez.
Asimismo, Estados Unidos también indicó esta semana que sus tropas habían abatido a al menos 49 insurgentes chiíes en una operación por tierra y aire en el bastión de la milicia en Bagdad, el barrio de Ciudad Sadr. Testigos y fuentes oficiales señalaron que 15 civiles murieron en este incidente.
Por todo ello, el ayudante de Al Sadr, el jeque Asad al Naseri, manifestó hoy durante un sermón en la mezquita de la ciudad de Kufa, a unos 160 kilómetros al sur de Bagdad, que la paciencia del Ejército de Mahdi con las operaciones estadounidenses se está agotando y que el alto el fuego podría terminar en cualquier momento.
Además, acusó al Ejército norteamericano y a las fuerzas de seguridad iraquíes de matar civiles en sus operaciones, y remarcó las incursiones militares contra combatientes de la milicia en las principales ciudades de mayoría chií, como Diwaniyah y Karbala, ambas al sur de Bagdad.
"Las campañas de detención contra la gente de Al Sadr no fueron conducidas bajo órdenes de detención, como ellos aseguran. Ellos han ido demasiado lejos al asaltar a mujeres y niños delante de sus maridos, hermanos y padres. Es algo vergonzoso. Son más injustos con nosotros que los baazistas", denunció.