Actualizado: viernes, 18 septiembre 2015 12:55

JERUALÉN, 18 Sep. (Reuters/EP) -

Israel ha desplegado a cientos de policías adicionales alrededor de la Ciudad Vieja de Jerusalén después de que los líderes palestinos hayan llamado a un "día de ira" para protestar por las nuevas medidas de seguridad en la Explanada de las Mezquitas.

"La Policía israelí ha reforzado la seguridad dentro y en los alrededores de Jerusalén para prevenir y responder a cualquier incidente que pueda ocurrir", ha dicho el portavoz policial Micky Rosenfeld en declaraciones a Reuters.

Unos 800 policías se han desplegado en la Ciudad Vieja y en las barriadas árabes adyacentes, donde la tensión alcanzó su pico máximo la semana pasada con los enfrentamientos en la mezquita de Al Aqsa con el lanzamiento de piedras por parte de palestinos a coches israelíes.

Los disturbios son una respuesta a las nuevas medidas de seguridad impuestas por Israel en la Explanada de las Mezquitas para evitar problemas con los judíos que acuden al Muro de las Lamentaciones --situado encima-- con motivo del Año Nuevo hebreo.

Los ultranacionalistas judíos han estado presionando al Gobierno israelí para que permita la oración judía en el recinto fuera de Al Aqsa, algo que provocaría la ira de los musulmanes, aumentando así la tensión en una zona sagrada para ambas comunidades.

Los últimos incidentes han tenido lugar este viernes, cuando un grupo de hombres ha atacado con piedras e incendiado un autobús cerca de la localidad palestina de Hizma, dejando herido al conductor, según informa la Policía.

Además, en un suceso separado un palestino ha sido detenido este viernes en la Puerta de Damasco, a la entrada de la Ciudad Vieja, por lanzar piedras contra agentes israelíes.

MÁS "GUERRA"

En este contexto, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha prometido una "guerra" y castigos más duros contra los responsables de ataques con piedras, tras los últimos enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas.

El rey Abdulá de Jordania, por su parte, ha dicho que las acciones israelíes son provocativas y podrían poner en peligro las relaciones entre los dos países. La legitimidad de la dinastía hachemí jordana reside en el hecho de que es la custodia tradicional de este lugar sagrado.

Estados Unidos y el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, han expresado su preocupación por la violencia en este lugar, reverenciado por los musulmanes y también por los judíos, que lo conocen como el Monte del Templo.

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