Italia.-Prodi rechaza convocar un referédum porque la ampliación de la base norteamericana en Vicenza es "definitiva"

Actualizado: miércoles, 17 enero 2007 22:19

ROMA, 17 Ene. (De la corresponsal de EUROPA PRESS Carmen Imbert) -

El primer ministro italiano, Romani Prodi, rechazó hoy convocar un referéndum popular después de aprobar la ampliación de la base estadounidense de Vicenza, una decisión que, pese a las voces discordantes dentro y fuera de la Unión, es "definitiva".

"El tema de Vicenza está decidido. El Gobierno ha tomado una decisión final y sobre esto no se va a volver. He tomado una decisión difícil y sé muy bien que puede ser polémica", afirmó Prodi en una rueda de prensa durante su visita oficial a Bulgaria. "No se trataba de un problema de estrategia general, sino urbanístico", explicó.

Ante los periodistas, criticó que la ampliación de dicha base fue una decisión tomada en la anterior legislatura. "Considero que Berlusconi ha sido reservado, creo que estas decisiones deben ser tomadas dando parte a la opinión pública. Un gobierno se asume el activo y el pasivo de cuanto le dejan y lo debe gestionar".

Por su parte, el ex presidente Silvio Berlusconi declaró nada más conocer la decisión ayer que habría sido de "extraordinaria gravedad" en relación a la Alianza Atlántica y a los Estados Unidos contradecir las decisión de la ampliación. "Estoy convencido de que el primer deber de un gran país como Italia sea el de tener fe en los compromisos internacionales asumidos, también para ser creíble ante sus propios aliados", incidió Berlusconi.

Durante todo el día se produjeron declaraciones encontradas entre los diferentes líderes de los partidos italianos. Por su parte, los partidos que integran la coalición de la Unión de Prodi, tachan la decisión de "traición a los principios" y proponen la convocatoria de un referéndum, mientras que la coalición de la Casa de la Libertad exigía hoy la comparecencia del primer ministro en el Parlamento para dar cuenta de la política exterior del Gobierno.

Por su parte, Oliverio di Liberto, del Partido de los Comunistas Italianos (PDCI) admitió hoy en una entrevista televisiva que se sentía "defraudado y muy disgustado". "Puedo entender los problemas de Prodi, pero no comprendo absolutamente la ampliación de la base americana. Llegados a este punto, pido involucrar a la población con un referéndum", exigió.

La Federación de los Verdes, a través de Alfonso Pecoraro Scanio también pidió la convocatoria de un referéndum. "La voluntad popular se ha traicionado, y por eso, es necesario convocar un referéndum", incidió, idea que también comparte Capelli Deiane, del Partido de Refundación Comunista: "El Gobierno traiciona la voluntad de paz inscrita en el programa de la Unión", criticó.

Mientras que Gianfranco Rotondi, de Democracia Cristiana, justificó que "Prodi tiene problemas para gestionar a sus aliados", Roberto Calderoni, de la Lega del Norte, desafió al presidente a comparecer ante el Parlamento "para mostrar cuál de las dos mayorías es la que sostiene".

Por su parte, Antonio Martino del partido Fuerza Italia también exigió al Gobierno dar "lo más pronto posible una explicación al Parlamento sobre su política exterior". En indénticos términos se pronunció Mauricio Gasparri, de Alianza Nacional, quien pidió la presencia del Gobierno en la Cámara de Diputados para "esclarecer la situación".

IMPULSO A LA RELACIÓN CON ESTADOS UNIDOS

Mientras, el embajador de Estados Unidos en Italia, Ronald Spogli, aplaudió la decisión de Prodi de ampliar la base militar norteamericana, por ser, dijo, "un paso hacia delante en las relaciones constructivas desde hace 60 años". "Confiamos en que esta decisión traerá beneficios a la población y a la economía de la ciudad de la que ya somos huéspedes con gran cortesía desde muchos años", subrayó.

Por otra parte, Prodi rechazó que fuera a reunirse con el presidente estadounidense, George W. Bush, alegando que dicha cita "no está prevista por el momento", aunque, incidió, "se producirá en tiempo oportuno".

Asimismo, Prodi negó la existencia de "aguas revueltas" en la relación con Estados Unidos, aunque, no obstante, previnió contra las "especulaciones de carácter interno sobre cuestiones tan importantes y delicadas como la política internacional".