TOKIO 14 Sep. (EP/AP) -
El ex ministro japonés de Asuntos Exteriores Taro Aso anunció hoy su candidatura para remplazar al primer ministro, Shinzo Abe, después de que el ex portavoz del Gobierno Yasuo Fukuda hiciera público también su interés en ocupar la jefatura del Gobierno.
Aso anunció hoy que concurrirá a la presidencia del Partido Liberal Democrático (PLD), que el próximo 23 de septiembre eligirá a su nuevo líder. El ganador se convertirá inmediatamente en nuevo primer ministro, ya que el PLD cuenta con mayoría en la Cámara Baja del Parlamento.
"Queremos anunciar nuestras políticas al pueblo de Japón y a los miembros del partido. Queremos tener una elección abierta", declaró Aso ante sus simpatizantes.
Fukuda, que fue portavoz del Gobierno del predecesor de Abe, Junichiro Koizumi, también anunció hoy su candidatura a la jefatura del Ejecutivo. Fukuda es un firme defensor del acercamiento con China, y se opone a las visitas de jefes de Gobierno a un monumento de Tokio que recuerda a las víctimas de la guerra y que provoca quejas de las autoridades chinas.
"Esta es una situación de emergencia, por lo que haré lo que debo hacer", proclamó Fukuda ante los periodistas congregados en un hotel de Tokio. "Tengo un fuerte sentimiento de que debería hacer esto por el país y para impulsar hacia adelante la política japonesa", explicó.
Hijo de un ex primer ministro, Fukuda se ha hecho ya con el apoyo del ministro de Asuntos Exteriores, Nobutaka Machimura, y se cree que Koizumi, que goza de una buena aceptación entre la opinión pública, también le apoyará. Además, el ministro de Finanzas, Fukushiro Nukaga, anunció hoy que dejará de lado sus aspiraciones para convertirse en primer ministro y apoyará a Fukuda. "Soy de la misma opinión que Fukuda respecto a la importancia de las relaciones con Asia, y después de hablar con él, decidí darle mi apoyo", relató Nukaga.
Abe, de 52 años, anunció el miércoles su decisión de dimitir del cargo para asumir la responsabilidad por la actual situación de confusión política que vive el país y ante su incapacidad por recuperar la confianza de los japoneses. A pesar de justificar su decisión en razones políticas, se especuló con la posibilidad de que problemas de salud estuvieran relacionados con la dimisión.
De hecho, ayer fue internado en un hospital de la capital por problemas gastrointestinales provocados por estrés y agotamiento físico, que le han llevado a perder cinco kilos de peso en los últimos meses.