DILI, 20 Jun. (Reuters/EP) -
El expresidente y exlíder guerrillero José María de Vasconcelos, también conocido por su antiguo nombre de guerra, Taur Matan Ruak, tomará posesión este viernes como primer ministro de Timor Oriental, poniendo fin así a varios meses de estancamiento político en esta pequeña nación del sureste de Asia.
El presidente del país, Francisco Guterres, decidió disolver el Parlamento en enero después de que el Gobierno liderado por el entonces primer ministro, Mari Alkatiri, afrontara una situación de estancamiento político.
"He aprobado un decreto con el nombramiento del señor Taur Matan Ruak como primer ministro", ha anunciado el presidente Guterres, en una comparecencia ante la prensa. Vasconcelos forma parte de una coalición de tres partidos, la Alianza de Cambio por el Progreso (ACP), que logró 34 de los 65 en las elecciones parlamentarias celebradas en mayo, los quintos comicios desde que el país se independizó de Indonesia en 2002.
Guterres ha dicho que ha aceptado la designación de Vasconcelos porque tenía el respaldo de todos los partidos de su coalición y, por ello, no situará al Gobierno "en una difícil situación". La ACP incluye también al Congreso Nacional para la Reconstrucción de Timor (CNRT), encabezado por el héroe de la independencia Xanana Gusmao.
Primer presidente del país y ex primer ministro, Gusmao asumirá previsiblemente un ministerio de peso importante para poder asesorar a Vasconcenlos, según ha dicho un alto cargo de la ACP. Las elecciones parlamentarias celebradas en 2017 no dejaron un claro ganador, con el partido de Alkatiri, Fretilin, imponiéndose en votos pero solo con una ventaja del 0,2 por ciento frente al CNRT y formando posteriormente gobierno.
Timor Oriental, la democracia más joven de Asia, ha estado centrando sus esfuerzos en reducir la pobreza, acabar con la corrupción y explotar sus recurso petroleros y de gas. El sector de la energía conformó el 60 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB) en 2014 y más del 90 por ciento de los ingresos del Gobierno.
Los candidatos en las elecciones hicieron campaña con promesas de impulsar la educación, los servicios sanitarios, la agricultura y el turismo en un país con 1,2 millones de personas en un área geográfica más pequeña que Hawái.
