MADRID, 11 Oct. (Reuters/EP) -
La crisis política en República Democrática del Congo ha subido un escalón más después de que la Comisión Electoral del país africano haya concluido que las elecciones presidenciales no ocurrirán antes de abril de 2019, lo que ha llevado a la oposición a avisar de que este retraso acabará provocando que el pueblo congoleño "acabe tomando cartas en el asunto".
Este nuevo calendario propuesto por la comisión electoral supone un golpe al acuerdo entre el presidente del país, Joseph Kabila y la oposición, para que el actual mandatario celebre de una vez las elecciones, que originalmente estaban previstas para noviembre de 2016 y posteriormente acordadas para finales de este año.
De hecho, los constantes retrasos motivados por la negativa de Kabila a abandonar el cargo han sumido el país en el caos y en la violencia política, que se ha cobrado las vidas de decenas de personas y causado que partes del país hayan acabado en manos de insurgentes que han amenazado con seguir la lucha hasta que el presidente abandone el poder.
Esta situación contrasta con la declaración realizada por la comisión electoral, la CENI, que ha anunciado que necesita un mínimo de quinientos días para, primero, contar con los datos del registro de votación -- especialmente complejos en regiones como Kasai, asoladas por los insurgentes -- y segundo para organizar los comicios.
En respuesta, el líder opositor Claudel Lubaya ha descrito toda la situación como "un asesinato electoral, en lugar de un calendario electoral".
"Todo descansa ahora sobre los hombros de la población, que debe tomar cartas en el asunto", ha declarado, bajo la sospecha de que Kabila está intentando aferrarse al poder a base de aplazar indefinidamente las elecciones hasta que encuentre la forma de eliminar las limitaciones de los mandatos que impone la Constitución, y que ya ha cumplido con creces.
