PRISTINA 14 Ago. (EP/AP) -
El comandante de la OTAN en Kosovo, el teniente alemán Roland Kather, advirtió hoy de que la paciencia se está agotando en la volátil provincia y alertó de la posibilidad de un mayor deterioro si los enviados internacionales no consiguen que serbios y albano-kosovares lleguen a un acuerdo sobre el futuro del territorio.
"La paciencia no es ilimitada", dijo Kather, y añadió que "deben alcanzar una decisión lo antes posible". "Mi principal preocupación es que después de algún tipo de problema político, habrá algunos individuos, habrá algunos extremistas, habrá algo de frustración", aseguró Kather. "Necesitan una mecha y luego tal vez lleven a cabo actos violentos. Eso, claro, traerá una reacción... y luego, de repente, esta violencia puede salirse de control", consideró el comandante.
El teniente Kather, que dirige a más de 16.000 efectivos en Kosovo, instó a los enviados de Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia a negociar un acuerdo entre los albano-kosovares, que buscan la independencia, y las autoridades serbias, que se niegan a desprenderse del territorio, y advirtió de que, si no alcanzan un acuerdo, se podrían enfrentar a una respuesta violenta.
La semana pasada los enviados comenzaron una iniciativa de 120 días para poner fin al punto muerto sobre el tema del marco estatutario de Kosovo. Las negociaciones se reiniciaron después de que Rusia amenazara con bloquear el plan, negociado por Naciones Unidas, para otorgar la independencia a Kosovo bajo la supervisión de la comunidad internacional.
Kather dijo que la situación está actualmente tranquila en la provincia, con unos dos millones de habitantes, pero añadió que el futuro es "impredecible". "Seguramente la situación se deteriorará después de esos 120 días", dijo Kather y advirtió de que "debemos hacer todo lo posible para mantenerlo bajo control".
El retraso en resolver el estatus político de Kosovo ha levantado temores de una nueva ola de violencia por la creciente frustración entre la mayoría albanesa debido a la ausencia de una decisión sobre su futuro, después de ocho años de ser protectorado de la ONU.
Ambas partes han expresado sus dudas de llegar a un acuerdo. La mayoría albanesa de Kosovo insiste en obtener la independencia plena de Serbia, mientras que Belgrado quiere mantener la región, al menos formalmente, dentro de sus fronteras.
El mediador de la UE, el diplomático alemán Wolfgang Ischinger, dijo el fin de semana que dividir la provincia sobre la base de líneas étnicas era una opción viable si los líderes serbios y albano-kosovares estaban de acuerdo, y amenazó con negar tanto a Belgrado como a Pristina la posibilidad de ingresar a la UE si las partes no se comprometen.
La próxima ronda de negociaciones con los enviados internacionales comenzará el 30 de agosto en Viena, y los diplomáticos deben presentar un informe sobre la marcha de las negociaciones al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, antes del 10 de diciembre.