BEIRUT, 6 Feb. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
Los médicos de dos hospitales de El Cairo han acordado poner lazos azules en la ropa de las niñas recién nacidas para concienciar a las familias y que "digan 'no' a la mutilación genital femenina", en un país que aún tiene una de las tasas de prevalencia de esta práctica más altas del mundo.
Los padres recibirán el lazo, en el que figura la palabra 'no' en árabe, a cambio de que firmen un documento en el que se comprometen a no someter a sus hijas a la ablación. Pese a que la práctica fue prohibida en 2008 y desde 2016 es un delito, para muchas familias sigue siendo una obligación religiosa y una forma de preservar la pureza.
"Es una creencia errónea. Tenemos que dejar claro que la mutilación (no frena) el deseo sexual", afirma la pediatra Amira Edris, que trabaja en uno de los hospitales que ha lanzado esta iniciativa. "Yo llevo velo y respeto las normas religiosas (...), pero eso no lo es", ha recalcado en declaraciones a la Thomson Reuters Foundation.
Según datos de la ONU, casi nueve de cada diez mujeres egipcias han sufrido la retirada parcial o total de sus genitales externos y, como ocurre en otros países, hay una tendencia al alza en cuanto a la medicalización. La presencia de profesionales, sin embargo, no basta para proteger a niñas y mujeres.
La campaña 28 Too Many, que trabaja en los hospitales de Egipto, ha alertado precisamente de esta "medicalización", por lo que su fundadora, Ann-Marie Wilson, ha resaltado la importancia de que los centros se sumen a iniciativas como la de este miércoles. "Demostramos que la mutilación genital está mal, ocurra donde ocurra", ha apostillado.
La ablación deriva en graves problemas psicológicos y físicos como por ejemplo infecciones e infertilidad. Edris ha reconocido que le causo un particular impacto la muerte de una niña de siete años que "se desangró hasta la muerte". "Comenzó a tener alucinaciones (...) y supo que se iba a morir, me traumatizó", ha recordado.
