Manifestación contra el G20 en Hamburgo
REUTERS / FABRIZIO BENSCH
Actualizado: sábado, 8 julio 2017 17:04

La manifestación de este sábado de grupos de izquierda y ecologistas ha transcurrido pacíficamente

HAMBURGO (ALEMANIA), 8 Jul. (DPA/EP) -

La canciller alemana, Angela Merkel, ha condenado los disturbios ocurridos los dos últimos días durante las protestas contra la cumbre de líderes de las 20 economías más importantes del planeta (G20) que se celebra en la ciudad alemana de Hamburgo. Además, ha anunciado su intención de estudiar medidas para satisfacer a los afectados.

"Condeno duramente los violentos y brutales disturbios durante la celebración del G20", ha afirmado Merkel al cierre de la cumbre. "Quien se comporta así no tiene nada que ver con una postura política, sino que va contra una forma de vida democrática", ha señalado Merkel, que ha aprovechado para defender la decisión de celebrar la cumbre en esta ciudad.

"He hablado con el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, porque deberemos analizar cómo podemos ayudar, de manera conjunta con la ciudad de Hamburgo, a las víctimas de la violencia para hacer frente a los grandes daños", ha asegurado.

Este sábado se ha celebrado una masiva manifestación pacífica contra el G20 que ha demostrado que se puede protestar de forma pacífica. Los participantes han marchado por el centro de la ciudad para reclamar un mundo más justo y para impedir que las imágenes de las revueltas callejeras eclipsaran el mensaje que querían enviar a los poderosos del planeta.

Familias enteras, grupos de amigos de todas las edades, desde adolescentes a septuagenarios, acudieron a la convocatoria organizada por el partido político La Izquierda y agrupaciones sindicales y ecologistas, entre otras. Mientras que los organizadores hablaban de 72.000 manifestantes, la Policía calculaba que se trataba de 22.000.

AMBIENTE FESTIVO

En un ambiente festivo y familiar, los manifestantes de la protesta titulada "Solidaridad sin fronteras en lugar de G20" reclamaron el fin de la pobreza, las guerras y las causas de la migración masiva. "Queremos decir que otro mundo es posible, que no podemos seguir viviendo a costa de África", ha afirmado Brigitte, quien acudió a Hamburgo procedente de la cercana ciudad de Bremen con un hijo de unos 20 años.

"Era el mensaje más pacífico que podía traer", ha apuntado Nemo, un joven trabajador de Hamburgo, integrante de un grupo que portaba grandes girasoles en alto. "Lamento mucho que los disturbios estén copando la atención y espero que hoy la marcha sea pacífica".

"Quiero enviar una señal de que se puede protestar en paz. La gente que armó lío no tiene una opinión política. Son hooligans", ha sostenido Yvonne, una mujer de unos 40 años con una camiseta con la inscripción "Todos deberían ser feministas".

Más allá se veía una foto de la legendaria dirigente comunista española Dolores Ibárruri, 'La Pasionaria' con su famoso "No pasarán". "Era una comunista de ley", dijo el autor de la pancarta, el estudiante Hendrik, quien quedó muy impresionado por la vida de Ibárruri al ver un documental sobre ella en televisión.

"A, anti, anticapitalista", coreaba medio centenar de hinchas del club de fútbol de culto Sant Pauli con banderas blancas y marrones -los colores del club- y una gran estrella roja.

"Nos organizamos para venir porque queríamos que Hamburgo mostrara hoy presencia en contra del G20", ha explicado Andreas, un estudiante de diseño urbano entusiasmado con la perspectiva de cursar en breve un año en la Universidad de Buenos Aires, Argentina, el país que asumirá la presidencia rotativa del G20 el próximo año.

COLORIDO Y DIVERSIDAD

A diferencia de la manifestación "Bienvenidos al infierno", la protesta de radicales de izquierda en la que se escucharon muchos idiomas europeos, la marcha de hoy era fundamentalmente alemana y hamburguesa, si bien se vieron banderas de otros países como la brasileña.

"Fora Temer", rezaba una enseña que ondeaba Pablo, un ingeniero informático de padre brasileño en contra el presidente de Brasil, Michel Temer, quien canceló en un principio su asistencia a la cumbre, pero posteriormente decidió viajar a Hamburgo. "No sé por qué vino aquí. Temer llegó al poder a través de un golpe de Estado", dijo Pablo mientras muy cerca una batucada brasileña animaba a la multitud.

Más alejada, pero siguiendo la columna de manifestantes marchaba Katharina con un carrito en el que dormían plácidamente pese al barullo sus hijos de tres años y de año y medio. "He venido aquí por el futuro de mis hijos", ha explicado.

"Da gusto ver esta protesta colorida. Mucha gente habla con nosottros y quiere entrender qué hacemos acá y nos expresa su respaldo", ha señalado el agente de policía Karsten Schroeder, de una unidad dedicada a mediar y evitar escaladas de violencia. "Pero también hay un grupo muy diferente, vestido de negro y que nos ve con malos ojos y nos trata mal", aclaró. En la protesta marcharon activistas de negro que coreaban consignas contra las fuerzas del orden.

La presencia policial era intimidante. Centenares de agentes escoltaban la columna de manifestantes y en las calles aledañas estaban apostados cañones de agua y grupos de efectivos antidisturbios listos para actuar. Tras dos días de desmanes sin precedentes, la Policía temía que también esta protesta desembocase en violencia, algo que ocurrió a última hora al chocar las fuerzas de seguridad con encapuchados que se resistían a acatar la orden de descubrirse la cara. En Alemania está prohibido ir a manifestaciones con la cara cubierta.

Paralelamente se produjo otra manifestación convocada por personalidades de la cultura de Hamburgo, partidos políticos y las iglesias católica y protestante. Los organizadores cifraron la asistencia en unas 10.000 personas, mientras que la Policía estimó que se trataba de unos 5.000.

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