Mirziyoyev anuncia una reforma de los servicios de seguridad de Uzbekistán

El presidente uzbeko, Shavkat Mirziyoyev
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Actualizado: viernes, 22 diciembre 2017 21:01

TASHKENT, 22 (Reuters/EP)

El presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, ha pronunciado este viernes uno de sus discursos más críticos contra su antecesor en el cargo, el fallecido Islam Karimov, y ha anunciado una serie de reformas, entre ellas la de los servicios de seguridad, para imprimir un nuevo ritmo a la nación asiática.

Mirziyoyev, que ascendió a la Presidencia tras la muerte de Karimov, el 2 de septiembre de 2016, ha dejado claro a lo largo de este año su deseo de adoptar un nuevo rumbo, desligándose así también de su pasado como primer ministro del anterior Gobierno.

Este viernes, el nuevo jefe de Estado ha aprovechado su comparecencia en el Parlamento para señalar los pasos a seguir y lo ha hecho con un discurso más crítico de lo habitual, ya que hasta ahora los reproches a la Administración Karimov habían sido discretos.

Mirziyoyev ha cargado contra uno de los pilares de la era Karimov, el Servicio de Seguridad Nacional, heredero uzbeko del soviético KGB, que ejerció ampliamente su poder al amparo del fallecido mandatario. Su director, Rustam Inoyatov, era el único alto cargo de la etapa anterior que ha mantenido el puesto.

"Para fortalecer al Estado, su soberanía, estabilidad y paz, es hora de reformar el trabajo del Servicio de Seguridad Nacional", ha dicho Mirziyoyev en el Parlamento, instando a los diputados a aprobar el proyecto de ley que obrará el cambio.

Mirziyoyev ha esgrimido que "el hecho de que esta institución haya permanecido inalterable durante un cuarto de siglo y de que cada problema se viera como una amenaza a la seguridad nacional ha llevado a una expansión infundada de sus poderes".

Además, ha acusado al Gobierno Karimov de falsear los datos económicos del país durante décadas. Los números ofrecidos eran pura "ficción", ha afirmado, pero ha rehusado señalar a los responsables de este maquillaje macroeconómico.

Los economistas del Gobierno fijaron el crecimiento del PIB en un ocho por ciento, pero comprobaciones posteriores han revelado que está en torno al cinco por ciento. "Y he pedido que lo comprueben como diez veces", ha confesado. También ha negado que se hayan creado un millón de empleos anuales. "Ningún país puede hacerlo", ha afirmado.