El mulá Omar afirma que la "yihad" seguirá a pesar de la muerte de su principal comandante militar

Actualizado: lunes, 14 mayo 2007 23:15


MADRID, 14 May. (EUROPA PRESS) -

La muerte del mulá Dadulá, comandante militar talibán en el sur del país, no "supondrá ningún problema" para la "yihad" que el grupo lleva emprendiendo desde su expulsión del poder en 2001, según anunció hoy el mulá Omar a través de uno de sus portavoces, confirmando las sospechas estadounidenses y afganas de que cualquier baja en la cúpula miliciana puede ser subsanada con rapidez, muestra de lo cual podría ser el ataque llevado a cabo, presuntamente por grupos talibán, menos de 24 horas después contra un convoy estadounidense y paquistaní.

El portavoz, Qari Yusef Ahmadi, informó además de que tanto Omar como otros importantes líderes talibán habían dado su pésame a la familia de Dadulá, y añadió que Omar se reunió con su consejo de dirigentes y se decidió que por ahora no se nombrará a un nuevo sucesor del comandante fallecido.

El mulá Dadulá Lang, conocido entre sus hombres como Dadulá 'El Tullido' --por la pierna artificial en la que se apoyaba, a consecuencia de la explosión de una mina soviética-- ejercía como principal comandante talibán principalmente desde la provincia de Kunduz, uno de los más prominentes reductos guerrilleros en el sur del país, y figuraba como uno de los principales objetivos de las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos.

Ayer, la OTAN confirmó la muerte de Dadulá, en una operación conjunta llevada a cabo por miembros de la Fuerza Internacional de Asistencia para Afganistán y el Ejército afgano, en lo que suponía "un duro golpe" para la insurgencia talibán, según un comunicado remitido por la Alianza Atlántica.

El mulá Dadulá fue abatido cuando abandonaba su "santuario", según la nota, cerca de los distritos de Sangin y Nahri Sarraj, de la provincia de Helmand, escenario de fuertes enfrentamientos entre la insurgencia y las fuerzas británicas, afganas y estadounidenses. El lugar del ataque fue precisado por los servicios de inteligencia afganos.

El gobernador de Kandahar, Asadulá Jalid, mostró la tarde del sábado a los periodistas el cadáver de Dadulá en el curso de una rueda de prensa realizada en su oficina. El cadáver de Dadulá fue presentado sobre una cama vestido con una túnica afgana tradicional, y le faltaba la pierna izquierda. Había recibido tres heridas de bala: una en la nuca, y dos en el estómago.

Así, Dadulá se convertía en el segundo comandante talibán de primer orden fallecido en ataques de la coalición en los últimos seis meses, después de que el pasado diciembre el mulá Ajtar Mohammad Osmani perdiera la vida en un ataque aéreo estadounidense en el sur del país.

Si bien los analistas consideraron la muerte del comandante militar la más grave pérdida sufrida por los talibán desde la invasión de Estados Unidos a fines del 2001. Sin embargo, la ISAF reconoció en su comunicado que "el mulá Dadulá Lang será, con toda seguridad, reemplazado, aunque la insurgencia ha sufrido un duro golpe".

"NO CREARÁ NINGÚN PROBLEMA"

Hoy, el mulá Omar afirmó que la muerte de su principal comandante militar, "no creará problemas" a su milicia, según declaró hoy su portavoz, que comunicó también la advertencia de Omar a los "países ocupantes", que seguirían siendo víctimas de los ataques de sus guerrilleros.

"La muerte de Dadulá no creará problemas a la yihad talibán", afirmó el portavoz. "El mulá era el comandante de todos los comandos, y ahora todos los mujaidines continuarán con el mismo tipo de yihad, atacando tal y como mulá Dadulá hizo en vida", declaró.

La 'exhibición' a los medios del cadáver de Dadulá fue también motivo de molestia para el mulá Omar, que ha reclamado al Gobierno afgano la devolución del cuerpo a los familiares para su entierro. "Si no lo hacen, las consecuencias serán funestas", advirtió el Mulá Omar por boca de su portavoz.

En respuesta, el gobernador Jalid confirmó que el cuerpo de Dadulá fue enterrado en Kandahar hoy lunes, en un servicio al que asistieron amigos del fallecido, pero en el que no participó ningún miembro de su familia. Según el alto funcionario, las amenazas del mulá Omar "no dan miedo", ya que "después de esta muerte, los talibán se han visto dañados", y que, conforme pasen los días, "serán cada vez más y más débiles".

El portavoz afirmó por teléfono que todo contacto con Omar es limitado. El paradero exacto del líder talibán es desconocido y ha supuesto motivos de roce entre Afganistán y su país vecino, Pakistán. Fuentes de inteligencia afganas afirman que se esconde en la ciudad paquistaní de Quetta. Por su parte, el Gobierno de Islamabad insiste en que el mulá reside actualmente en algún lugar de la frontera de Kandahar con su país.

PROBLEMAS EN LA FRONTERA

El Ejército de Pakistán anunció hoy la muerte de un soldado estadounidense y de un soldado paquistaní cerca de la frontera con Afganistán, después de que presuntos milicianos talibán abrieran fuego contra un grupo de oficiales de ambos países, al término de una reunión en Teri Mangal sobre la violencia entre fuerzas armadas afganas y paquistaníes.

Según el portavoz, además, otros cuatro soldados, dos de Pakistán y dos de EEUU, resultaron heridos en el ataque. Según el general, un grupo no identificado de "herejes" --nombre por el que las fuerzas paquistaníes suelen denominar a los insurgentes afganos que también operan a ambos lados de la frontera-- abrieron fuego contra el grupo de oficiales cuando terminaron la reunión.

Esta información coincide con la proporcionada por el Gobernador de la provincia afgana de Paktia, Rahmatullah Rahmat, que informó de que los participantes del encuentro se disponían a abandonar el lugar en helicóptero cuando comenzaron a recibir los disparos, momento en el que la escolta estadounidense devolvió el fuego.

Las muertes también fueron confirmadas por la Fuerza de Asistencia Internacional para Afganistán (ISAF), que no dio, sin embargo, cifras concretas. El mayor William Mitchell, portavoz de la base militar estadounidense en la localidad afgana de Bagram, declaró que todavía no ha podido verificar los primeros informes sobre el asalto.

Y sin embargo, y dada la tensión en la zona, Pakistán ha ordenado una investigación de alto nivel, en respuesta a los rumores iniciales sobre un posible ataque de miembros del Ejército paquistaní a las tropas estadounidenses.

Por otro lado, el ministro de Defensa alemán, Franz Josef Jung, abogó hoy por un cambio de tácticas por parte de las fuerzas de la coalición de la OTAN en Afganistán con la intención de minimizar las bajas de civiles en el conflicto, después de que la semana pasada varios informes alertaran de la alta tasa de víctimas civiles afganas a manos de unidades militares estadounidenses.

"Tenemos que garantizar que en el futuro las operaciones no se desarrollen de esta manera", explicó Jung a los periodistas al término de una reunión de ministros de Defensa de la UE. "No queremos poner a la población (local) en nuestra contra. Tenemos que impedir esto", agregó.