NUEVA YORK, 23 Nov. (EUROPA PRESS/Carlos López) -
El embajador japonés ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) y jefe de la misión del organismo que visitó Afganistán entre los pasados 11 y 16 de noviembre, Kenzo Oshima, advirtió hoy en un informe presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Afganistán podría convertirse en un estado fracasado ante el incremento de la violencia talibán, de la producción ilegal de drogas y la fragilidad de sus instituciones.
Durante su visita, Oshima mantuvo conversaciones con altos funcionarios del Gobierno paquistaní en Islamabad antes de viajar a Afganistán y reunirse con el presidente afgano, Hamid Karzai, y otros funcionarios en Kabul, así como en la región norte y sur del país.
El año 2006 se ha visto marcado por "el auge de la insurgencia talibán y otras plagas similares, como el incremento de la producción de droga y su tráfico, enmarcado en un fondo de fragilidad de las instituciones estatales y provinciales, acompañado del aumento de la corrupción y la impunidad", señaló Oshima.
"Al mismo tiempo, se ha demostrado claramente la necesidad adicional de apoyo de Afganistán por parte de la comunidad internacional, tanto a largo plazo como a largo plazo", afirmó el embajador japonés, advirtiendo de que "sin apoyo, no hay garantía de que Afganistán no sucumba al conflicto y fracase de nuevo como estado".
La misión del Consejo a Afganistán fue la primera en tres años, la última tuvo lugar en 2003, y durante la visita Oshima manifestó el apoyo del órgano ejecutivo de la ONU a la recuperación del país, y en particular la importancia del Pacto político Afgano, un compromiso a cinco años para la reconstrucción, que fue firmado en febrero en una conferencia en Londres.
"Es importante subrayar la importancia de que el compromiso de la
comunidad internacional para apoyar Afganistán continúa siendo firme y sostenido y que el Pacto Afgano es y será el mejor marco estratégico para la cooperación entre el Gobierno afgano y la comunidad internacional", señaló Oshima.
Asimismo, el director Ejecutivo de la Oficina de la ONU de
Estupefacientes y Crimen (UNODC, por sus siglas en inglés), Antonio María Costa, señaló que resolver el problema del opio en Afgnistán no es sólo una cuestión de seguridad, sino que se trata de una cuestión de desarrollo, ya que mediante la gratificación a los cultivadores se demuestra al pueblo afgano que tienen un futuro sostenible sin el cultivo ilegal.