KATMANDU, 8 Oct. (EP/AP) -
La vida en el sureste de Nepal, donde los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y grupos étnicos que reclaman la autonomía han causado este año al menois 70 muertos, está paralizada hoy por un toque de queda impuesto por el Gobierno y las huelgas generales convocadas por los disidentes, según informaron fuentes oficiales.
Las autoridades han impuesto el toque de queda en los alrededores del distrito de Jhapa después de que un manifestante muriera ayer en la localidad de Jeja por disparos de la Policía contra un grupo de activistas que intentaba impulsar la huelga general atacando a los autobuses. Jhapa se encuentra a unos 500 kilómetros al sureste de Katmandú.
El administrador jefe de la zona, Jayamukunda Janal, informó de que también se ha impuesto el toque de queda en la principal autopista este-oeste, pero los autobuses y camiones han podido circular en convoy escoltados por la Policía. Según Janal, los grupos étnicos autonomistas han convocado una huelga general.
En la localidad de Rajbiraj (sureste), tres bombas de poca potencia explosionaron esta noche sin causar daños, según un responsable gubernamental, Himnath Dawadi. La Policía está investigando, pero no momento no hay sospechosos.
El toque de queda y las huelgas generales han dejado sin transporte a los usuarios y han causado el cierre de escuelas y mercados en la zona.
Los grupos étnicos de la zona suelen convocar huelgas generales para reivindicar sus derechos. Muchos habitantes del sur denuncian que se sienten discriminados ante la población de las montañas del norte, más numerosa. Por ello, reclaman más autonomía, más diputados en el Parlamento y más cargos en la administración. La violencia ha causado este año al menos 70 muertos en la región.
